Sophie Guerrive. Mosquito al rescate. Barcelona: Editorial Juventud, 2017, 32 pp.

¡Me encantan los libros juego!, no por mí, bueno sí, también por mí. Pero sobre todo por ver las caras de los prelectores y los jóvenes lectores cuando les atrapa la propuesta y se sumergen, ávidos de aventura, en las páginas del libro. ¡Es una imagen tan bella! Esos ojos abiertos de par en par, recorriendo las páginas en todas direcciones, en uno y otro sentido, tratando de localizar, en ese pequeño universo que representa cada ilustración, el objeto deseado.

Mosquito al rescate es un libro juego que enraíza con la tradición del absurdo, basta con atender al personaje para darse cuenta de ello. Nuestro querido rescatador, ese al que dicen Mosquito, vuela sí pero no gracias a unas finas alas. No, no, pues Mosquito no es uno de esos molestos insectos, no. Nuestro Mosquito parece ser un diplodocus azul cielo y vuela porque tiene un avión transformable que tan pronto vuela, como perfora montañas o realiza viajes interestelares.

La autora da rienda suelta a su capacidad imaginativa y, con una fantasía desbordada, va recreando distintos mundos a través de las diversas ilustraciones. Divertidos mundos, a menudo mejorados desde el sinsentido. Así, encontraremos bosques con frondosos árboles provistos de ventanales en sus copas. Ventanas que permiten asomarse a los avícolas inquilinos e iluminar un poquitín el espeso follaje interior. O, acogedoras camas espaciales en las que realizar cómodos viajes interestelares, pues ¿hay algo más placentero que viajar acurrucaditos en nuestra cama?

Sophie Guerrive nos presenta un bonito álbum repleto de detalles. 15 ilustraciones en las que nos muestra a Mosquito en su avión, así como la montaña donde vive y el entorno donde esta se ubica, además de presentarnos 11 ricos y divertidos escenarios: La gran ciudad; El bosque; La jungla; El espacio, etc. Escenas en las que nos propone encontrar a los personajes perdidos. Y para los que se queden con las ganas, ¡nuevas propuestas en las guardas!

Imaginación, fantasía, absurdo. Búsqueda, reto, intriga. Juego. Todos ellos ingredientes para divertirse y pasarlo bien, para formar un vínculo especial entre los niños y el libro. Porque no cabe duda de que la mejor manera de llegar a amar los libros es disfrutar con ellos.