Precisamente así
Rudyard Kipling. Precisamente así. Barcelona: Editorial Juventud, 2017, 224 pp.
Kipling. Rudyard. Poeta. Escritor inglés, nacido en la Bombay británica, allá por la época colonial. Reconocido con el Premio Nobel de Literatura en 1907. Amado por público y crítica. Admirado por colegas a través de los tiempos. Agasajado por el celuloide. Uno recuerda especialmente, acaso por haber disfrutado de ellos en la infancia, al calor familiar, filmes como Capitanes intrépidos (1937), con Spencer Tracy, El hombre que pudo reinar (1975), con Michael Caine y Sean Connery y, cómo no, El libro de la selva, en sus distintas versiones. Autor viajero y viajado. Criticado por unos que reconocen en él un espíritu colonial. Admirado por otros, por su amor a pueblos y culturas. Para nosotros, un regalo, creador de clásicos de la Literatura infantil y juvenil como Kim, El libro de la selva o, la mismísima, Precisamente así.
Precisamente así recopila las historias que Kipling contaba cada noche a su querida hija Josephine. Un libro que desde su publicación en 1902, ha permitido participar, continuadamente, de aquel mágico instante donde el autor creaba nuevos mundos, a infinidad de niños y niñas. Un libro que como advierte F. Parcerisas en el prologo “hace las delicias de los niños y rebaja los humos de los sensatos conocimientos adultos.”Historias que se sitúan fuera del tiempo histórico, inmersas en un tiempo mítico, mágico o fantástico. Relatos que nos ubican en el inicio de los tiempos, que narran y argumentan el porqué de la singular garganta de las ballenas, el cómo obtuvo el leopardo sus manchas o su trompa el elefante. El origen del canguro. O la invención del alfabeto. Maravillosos relatos para disfrutar como niños.
En esta obra, Kipling nos acoge entre sus páginas con una escritura cálida. Una escritura que nos hace sentir en el confort del hogar, reunidos en la intimidad familiar entorno al relato. Una escritura rica, exquisita, con guiños constantes hacia el lector. Repeticiones que en unos relatos fantásticos nos permiten predecir aquello que pudiera suceder, anticiparnos. O nos alertan ante la importancia de tal acción o dicho objeto. Repeticiones que aportan seguridad. Del mismo modo, incrustadas en el texto pero trascendiéndolo, aparecen entre paréntesis distintas informaciones. Frases, coletillas con las que el autor parece entablar una conversación privada con el lector, en un tiempo íntimo, un espacio de complicidad, paralelo al discurrir de la trama.
La editorial incluye la obra en la colección juventud, siendo la primera vez que se edita en este formato. La tapa dura, cartoné, protege la traducción de M. Manent y las ilustraciones de A. Domínguez. La ilustración incluye varias láminas a color a página entera. Y el texto está continuamente enriquecido con ilustraciones en blanco y negro. Algunas ricas en detalle y otras de simple trazo. Ilustraciones que nos recuerdan un tiempo en que la falta de medios se suplía con amor a los libros y dedicación al trabajo.
Niños. Aquellos que gustan de contar historias a los niños en torno a fuego. Amantes de los cuentos y los relatos. Hagan sitio en la mesilla a un libro lleno de historias para leer y releer. Un libro divertido para afinar los sentidos. Un clásico que se disfruta una y otra vez.
Precisamente así, nos ofrece a Kipling, en maravillosos momento de complicidad. Momentos en los que, tras mostrarnos cómo disfrutar de la fantasía, nos invita a volar. No lo dudes. ¡Atrévete a soñar, y que la fantasía ilumine tus días!