Maranke Rinck (texto), Martijn van der Linden (ilustraciones): Tangram Gato. Barcelona: Ekaré, 2017, 56 pp.

A veces nos empeñamos en dar a los niños juguetes tremendamente complejos y elaborados, creyendo que de otro modo se aburrirían. Pues bien, no venimos a descubrir nada nuevo pero que quede claro que los peques tienen capacidad para divertirse con prácticamente cualquier cosa. De hecho, cuanto más sencillo sea el material, más fácil es que deje espacio a la imaginación y a que los niños creen sus propios mundos y sus propias historias.

Y justo eso es lo que pasa con Tangram Gato. Cae en manos de un querubín el famoso set de siete piezas con el que se puede crear cualquier cosa: un gato, una casa para que viva en ella, un pescado para que se alimente, un perro para que juegue con él… ¡¿Un perro para que juegue con él?! El narrador se da cuenta tarde de su error y se lanza a tratar de solucionarlo a golpe de tangram. Se trata de una historia muy sencilla, con un texto muy breve, donde las imágenes llevan la mayor parte del peso narrativo. 

Los autores juegan con el humor y con la sorpresa, teniendo al lector pendiente de descubrir qué será lo próximo que saldrá de las siete piezas. La combinación de las siluetas azules típicas del juego y los animales y elementos que cobran vida a partir de ellas, destacan con energía sobre fondos blancos inmaculados. Las ilustraciones, caracterizadas por líneas rectas y angulosas (evidentemente) presentan una variada y brillante gama de colores, aplicados con lo que parecen ser brochazos de pintura al óleo.

Un libro para jugar y divertirse: de hecho viene con un tangram por si el lector quiere lanzarse a continuar la historia o incluso construir su propia aventura. ¡A construir!