Una jirafa y media
Shel Silverstein: Una jirafa y media. Pontevedra: Kalandraka, 2018, 48 pp.
Una historia de humor absurdo que busca abiertamente la risa en el lector, sin pudor alguno. Una jirafa que se estira como una media y se convierte, evidentemente, en jirafa y media. Y no contenta con ello, se lanza a hacerse con todo tipo de accesorios y acompañantes: desde un sombrero con una rata asomando por un agujero hasta una maleta poblaba por una hedionda mofeta, pasando por ballenas que la frenan, dragones que viajan en vagón o boas que se niegan a compartir un trozo de pastel.
La estructura podría ser circular, porque al final vuelve al mismo lugar desde donde inició; pero creo que la definiría más como “montañosa”. Un niño inaugura la primera página con su jirafa (su jirafa, por supuesto) amarrada con una cuerda: una imagen sencilla. En las páginas sucesivas, se van sumando y acumulando todo tipo de artefactos y animales: subimos. Se siguen acumulando y la jirafa se ha convertido en una especie de mezcla entre Inspector Gadget y caravana de familia numerosa que se va de acampada: subimos, subimos y subimos. El lector se pregunta dónde va a acabar todo esto y, justo ahí, Shel Silverstein decide descender a campo base con el mismo ritmo caricaturesco y desternillante que ha sembrado desde el principio. La jirafa va regalando, despidiendo y librándose de todos los extras, hasta llegar a la página final. Ahí, un niño y su jirafa nos miran sonrientes como quien no ha roto un plato.
Y toda esta escalada literaria, ilustrada con desparpajo. Imágenes que van abarrotándose de personajes y objetos, en las más insólitas situaciones y reflejadas en posiciones todavía más inverosímiles. ¿Quién no ha visto alguna vez una jirafa montando en bicicleta, cargada de cachivaches y con una silla en la cabeza? Doy por sentado que la mayoría de vosotros sí pero, por si hay algún despistado, el libro de Silverstein nos brinda la oportunidad.
Un libro para reír, para disfrutar, para pasar un buen rato y dejar libre la imaginación del nonsense. ¡Ole! Hemos visto que el autor tiene más obras publicadas en Kalandraka… Trataremos de hincarle el diente también a El árbol generoso, otra maravilla que no puede dejarse escapar.