50 Cuentos que hay que leer antes de dormir
Victoria Simó (adaptadora) y Mercedes Palacios (ilustradora): 50 cuentos que hay que leer antes de dormir. Barcelona: CÃrculo de Lectores – Imaginarium, 2012.
Por fin una adaptación de cuentos tradicionales hecha por alguien que sabe escribir, que aprecia el valor de los adjetivos bien escogidos, el humor de las frases hechas inteligentemente dosificadas, y que conoce los secretos de una voz narradora polivalente y cómplice con el lector. Que sabe salirse del tono neutro para compartir sus deliciosos puntos de vista, especialmente en los esmerados finales.
Por fin una adaptación de cuentos tradicionales realizada e introducida por alguien que tiene nociones sobre cómo se han transmitido estos relatos en la memoria popular, y que es capaz de contextualizarlos. No os dejéis de preguntar los interrogantes que se sugieren al presentar algunas historias.
Por fin una adaptación de cuentos tradicionales que incluye textos de diferentes orÃgenes. Es decir, que no se limita a los archiconocidos cuentos de los hermanos Grimm y Andersen, sino que ofrece varios menos conocidos de dichas colecciones, y también interesantÃsimos cuentos de Italia, TurquÃa, Rusia, China, Japón, Islas Fiyi, Honduras, de los indios nativos de Norteamérica, del antiguo Egipto, algunas fábulas clásicas, y (¡oh, alegrÃa!) cuentos de la tradición propiamente hispánica, que tanto se ignora para mal de todos.
Los cuentos están clasificados de forma original en temas, edades recomendadas y duración media de la lectura (en estas épocas del tiempo hipermensurado). El tÃtulo, como bien se habrán dado cuenta, bromea con esos otros de «Cien libros que debes leer…/ Cien pelÃculas que debes ver…/ Cien viajes que debes hacer… antes de morir». Obviamente los 50 cuentos de este volumen también hay que leerlos antes de morir si se quiere despedir uno de la vida totalmente satisfecho. Pero el sueño es un plazo más breve. Si alguien prefiere leerlo digital, también se puede. (Y acaba de salir una segunda parte, veremos qué tal resulta.)
¡Qué joya es un libro que adapta con estilo y con gracia los cuentos tradicionales! ¡Qué suerte que aparezca, en medio del mercado infantil tantas veces anodino y pacato, una antologÃa que no cae en la sosez a la que nos tienen acostumbrados otros volúmenes! No la desaprovechéis. No le pongo ni un pero.