Bea y Silvia Gil( autoría e ilustración). Semillas de papel. Alzira (Valencia). Editorial Algar. 2013.

Gran formato para este apasionante libro sobre la protección de la naturaleza. Con tintes ecológicos y medioambientales las autoras proponen otra manera de reciclar. En tonos sepias para dar mayor realismo al papel reciclado del que está impreso el libro, utiliza imágenes en gran tamaño, que impactan al lector.

Junto a sus protagonistas Naia y Eyla y sus magníficas mascotas, un gran caracol de gran velocidad, y un detallado escarabajo leñador, surcan los bosques para, con ellos, crear algo diferente.

De un lado, el oscuro fin al que se destinan los troncos; de otro, la posibilidad de reutilizarlos para volver a nacer.

Preciosas ilustraciones, y gran idea, para transmitir el amor y cuidado por la naturaleza, y la posibilidad de redimirse a pesar de  no haberla cuidado en el pasado.

Un paso a la generosidad de espíritu que inunda de nuevo un bosque… de papel.
El sentimiento viene de cada imagen, de cada dibujo, y sobre todo, de los que más saben de ello, los propios animales que habitan el bosque. Ese precioso bosque que boceta Eyla y con el que se inspira para seguir adelante.
Magníficas ilustraciones, que transmiten por si solas.

Aquí las tres «R» las vemos de manera muy clara y por tanto de una manera muy didáctica para enseñar qué es el reciclaje. Por un lado reducir la basura, el exceso de papel que gasta Eyla para escribir su gran obra. Segundo, reciclar, que se ve de manera clara en como utiliza ese exceso de papel para volver a crear. Y, justo aquí, interviene la tercera R, reutilizar, creando un nuevo y bello bosque, con sus semillas de papel.

Al final, todos nos damos cuenta de que necesitamos cuidar nuestro entorno, que es vital para nuestra supervivencia, y que, aunque en ocasiones, nos dejemos llevar por arduas tareas, tenemos que ser conscientes de lo que nos llevamos por delante con ellas, y discernir la importancia de cada una. Saber que tenemos una segunda oportunidad, que nos da la naturaleza, pero que no siempre será así. Una gran moraleja para este cuento-fábula que pretende implicarnos a todos en el mantenimiento de un mundo más feliz. Porque en el mundo vivimos TODOS.

En el siguiente enlace , de la mano de este historia,  encontraréis cómo hacer crecer vuestra propia semilla de papel.