Cuando mi hermano se subió a un armario

Cuando mi hermano se subió a un armario

Victoria Pérez Escrivá (autora), Lucía Serrano (Ilustración). Cuando mi hermano se subió a un armario. Madrid. Editorial Anaya. Colección: El duende verde. 2011.

armario

Una pequeña discusión entre padre y hermano genera esta curiosa situación. De un salto su hermano se sube a un armario.

Desde la mirada atenta de una inocente espectadora, ella misma nos narra la absurda situación que acontece cuando su hermano se sube al armario. De este libro podemos aprovechar dos lecturas muy diferentes.

Por un lado la lectura desde la mirada tierna de una niña que no acaba de comprender la situación, que siente una lógica curiosidad por todo desde su posición de hermana pequeña, que ve el trasiego de diferentes personajes, a cual más absurdo, que visitan su casa buscando una única solución: bajar a su hermano del armario. Encontramos en esta visión, situaciones divertidas y rocambolescas, donde aparecen empujadores profesionales, personas rotas añicos,  personajes circenses, etc. todo muy en la línea del público infantil al que va dirigido, con un toque imaginativo, creativo y particularmente apropiado a edades tempranas. Ese «saber hacer» que conocemos de autores como Rodari donde lo absurdo e irreal toman vida y crean un nuevo imaginario, donde las palabras forman nuevas descripciones y donde los arquetipos cambian su escenario y forman nuevos mundos.

De otro lado, la mirada del hermano, enrabietado con su padre tras una fuerte discusión. Simplemente se ha subido al armario y su orgullo le impide bajar. Hasta tal punto que crea un submundo allí arriba, y además es ayudado por el armario, que lo mima y lo cuida para no volver a sentirse solo. En ese momento parece que comienza a comprender muchas cosas, dentro de su reciente pre-adolescencia, conjuga situaciones, acciones, objetos y siempre tratando de aclararse y explicarse ante la atónita mirada de su pequeña hermana y ante sus insaciables preguntas. Tanto se obceca que se pierde en el limbo de la testarudez y lo que en un principio era un paso a la autonomía e independencia se convierte en un paso a la idiotez.

En contraposición a los hijos aparecen los padres.

La eterna y amorosa madre que los mima, que es un chorro incesante de amor y ternura y que bien sabe lo que necesitan sus hijos. De hecho proporciona la clave al conflicto.

El padre, en su rol de autoridad, exigente y algo cabezota que inventa mil maravillas para hacer bajar a su hijo del armario. Con un tono muy creativo y alocado, es el inductor de esos «extraños» visitantes. Es el punto cómico de la historia debido al exacto reflejo de un estereotipo.

Sin duda, la autora ha sabido plasmar mil historias en cada palabra del texto, mil momentos, emocionales todos ellos, de una simple riña familiar. Las ilustraciones acompañan con gracia el texto, proporcionando algo que en un principio parece difícil de imaginar.

Durante toda la obra se entrecruzan moralejas indirectamente reflejadas en cada capítulo con cada personaje y, sin embargo, deja un final abierto a la imaginación de cada uno. Todo depende de quien lo lea. Aunque está indicado para la edad de 8 años la lectura y su comprensión varía notablemente según quien sea el lector. Por un lado puede resultar cómico dentro de lo absurdo de las situaciones, por otro lado puede ser didáctico, como una fase mas de la vida en toda familia de estas características.

Os invito a que descubráis la intencionalidad que proporciona este libro a cada uno de vosotros y os animéis a compartirla con nosotros en los comentarios.