Bernadette Gervais. La rana. Barcelona: Editorial Juventud, 2018, 24 pp.

Vuelve Bernadette Gervais con un nuevo título. Con sus modos y maneras. Con su estilo inconfundible. Vuelve con sus trucos y colores, con aquella misma estructura que empleó en libros anteriores.

Aquellos que conozcan la serie podrán anticipar, al descansar la mirada sobre la portada, una obra que garantiza aprendizaje y diversión. Buenos momentos y conocimiento. Una obra que, a través de sus páginas, nos acerca el fascínate mundo del anfibio. Las misteriosas capacidades de un animal que habita dos mundos: la rana.

Bernadette acude al hábitat del bichito y desde allí nos acerca los elementos a presentar. Uno a uno los va exponiendo. Aisladamente, sin distracciones. Animándonos a centrarnos en cada mensaje, empaparnos de cada imagen, absorber hasta la más mínima gota de texto.

El mensaje compuesto por imagen y texto resalta tras la blancura de las páginas. Así, destacan, entre otras, las partes del animal (patas, lengua, ojos), la alimentación, los predadores o los distintos sistemas de respiración. Mientras, el colorido de la imagen y la calidez, que el gramaje confiere a las páginas, generan sensaciones que aumentan la querencia por dilatar el momento. Estirar la lectura, mantener el libro abierto.

Vuelve la información a presentarse a través de pestañas. Pestañas que van imprimiendo dinamismo y sorpresa, u ofreciendo distintos niveles de información. Mediante esta técnica seremos testigos de cómo la ranita caza una mosca con su lengua viscosa, la veremos saltar y el detalle de sus patas traseras, y asistiremos a la evolución del huevo, admirando el renacuajo y la transformación en una rana nueva.

Para finalizar, como en otras obras de la serie, la autora propone el juego de las 7 diferencias. Una treta que, mediante el reto, amplia, aun más si cabe, el buen sabor de boca que nos deja el libro. Buenos momentos y conocimiento…, Bernadette logra el equilibrio perfecto.