Por una manzana

Por una manzana

Neus Caamaño. Por una manzana. Sevilla: Tres Tigres Tristes ediciones, 2018, 40 pp.

En ocasiones, tras los ecos de injusticia, tras la desigualdad creciente, nos preguntamos si hacemos bien al educar a nuestros hijos o alumnos en el humanismo. ¿Deberíamos abogar por la igualdad, el pensar en los demás, ayudar y ser buen compañero, cumplir las normas? ¿O actuar al amparo de la máxima que reza que el hombre es un lobo para el hombre? Y con estas dudas, sumergidos en esta pequeña crisis, surge una respuesta desde las páginas de este álbum ilustrado.

Por una manzana es un álbum mudo, que como la literatura nos ofrece todo un mundo en miniatura. Un álbum que se escribe sin palabras, que narra mediante imágenes. Imágenes que desprovistas de verbo se transforman en símbolo. ¡Y qué enraizada está la manzana en nuestra cultura! Por una manzana, ofrecida amablemente por la primera mujer, nos emancipamos. Abandonamos la casa paterna, aquel fastuoso Edén. Fue otra manzana, rebotada esta vez en la afamada cabeza de un Sir Inglés, la que alumbró el camino de la razón liberándonos de la superstición.

Neus, la autora, nos brinda imágenes, acciones, contrastes que digeridos en la percepción de cada lector van enriqueciendo la narración. La mujer, lo femenino, a este lado de la vida, del mostrador, junto a las frutas, la fertilidad, la creación. En frente, lo masculino, disputando, guerreando,… como siempre. En medio, el deseo y lo arbitrario en la valoración de las cosas y objetos. El deseo como motor del mundo, catalizador del cambio y la acción. Y los riesgos de un desequilibrio, simbolizado por el desorden del garabato. El desequilibrio de un deseo sin límite, de un instinto sin control. Finalmente, el continuo de la vida, sin necesidad de nuestra presencia, como epílogo final.

Desde la trama de la obra, en el enredo que presenta, se disuelven las dudas inicialmente anunciadas. Ante la oferta de una única manzana, dos lobos, ¡perdón!, digo dos caballeros reaccionan desde la codicia, tratan de imponerse el uno al otro. Los envuelve la trifulca, quedan ciegos para todo lo que no sea el conflicto, sin percatarse de que la vida desfila ante sus ojos. ¡Ay! Así, viendo la manzana rodar, uno piensa, ¡ve claro!, que educar para convivir con los demás, permitirá disfrutar de un mundo más amable, pudiendo atender a estos pequeños detalles.

Por una manzana roja, tersa y apetitosa. Una manzana sabrosa y divertida, que gustará y sorprenderá. Una narrativa visual que degustaremos una y otra vez, encontrando en cada bocado nuevos sabores, detalles y texturas.