Robert Barry (autor e ilustrado): El árbol de Navidad del señor Viladomat. Barcelona: Corimbo, 2017, 32 pp.

No sé si llegamos tarde o pronto con la reseña que traemos hoy; nos coge a mitad de camino entre la Navidad pasada y la que será. Pero jugaremos con lo exótico de cantar un villancico en pleno mes de julio (menos remilgos, que todos lo hemos hecho).

¿Qué necesitamos para decorar el salón cuando se acercan esas fechas invernales tan señaladas? Eso mismo piensa el señor Viladomat y encarga un frondoso árbol de Navidad. Cuando lo recibe, no cabe en sí de gozo, hasta que descubre que a pesar de los altos techos de su mansión, el frondoso abeto es demasiado grande. El mayordomo Bartolo, armado con un hacha, se encarama a una larga escalera y pone solución a tamaño problemón, rebanando sin miramientos la cúspide vegetal. Así comienza una historia con una estructura repetitiva y que se presta muy bien a ser contada en voz alta: el trozo de árbol sobrante va viajando de casa en casa, siendo recortado siempre un poco para encajar en la morada de turno (cada vez más pequeña, evidentemente).

Adelaida, que trabaja en la mansión, el jardinero Tomás, el osos Barnabás, el zorro Facundo, el conejo Fermín… Una larga lista de personajes van apareciendo al pasar la página, recogen el esqueje y lo instalan en sus hogares a modo de decoración. La historia hace un divertido giro circular para terminar de nuevo en la mansión del señor Viladomat, esta vez de mano de un ratoncito que vive con su familia en un agujero de la pared.

El texto en prosa pero rimado, puede ser una buena estrategia para encandilar al lector joven, favoreciendo que enganche con la narración de la historia y participe. Las ilustraciones, muy coloridas, destacan sobre el fondo blanco de la página y acompañan a las palabras de un modo bastante tradicional, estando los párrafos casi siempre en la parte inferior o superior de la página.

El árbol de Navidad del señor Viladomat es, en resumen, una historia entretenida para rescatar cuando se acercan las fechas señaladas y sacar un sonrisa al joven lector.