El Brujo Pirujo

Mari Carmen González, Silvia Álvarez. El Brujo Pirujo. Un lugar para dormir. Valencia: Batidora Ediciones, 2017.

 

Esta tarde Jaime ha jugado tanto que se ha quedado dormido en el sillón sin haberse quitado su disfraz de brujo. Cada vez que esto sucede, viaja en sueños a un mundo de fantasía en el que se convierte en un magnífico brujo, de apellido Pirujo, y vive grandes aventuras.  

Pero esta vez, el Brujo Pirujo está tremendamente cansado. Tiene tanto, tanto sueño, que lo único que quiere es encontrar un sitio en el que disfrutar de una apacible siesta. Por eso, decide adentrarse en el bosque para buscar un lugar donde dormir. Allí encontrará muchos árboles, todos diferentes: unos de hoja estrecha, otros de hojas ancha. Algunos con hojas puntiagudas, y otros con hermosas hojas lobuladas… ¡Qué difícil elección la del Brujo Pirujo!  ¿Cuál de todos estos árboles será el más indicado para dormir a su abrigo? ¿Y qué riesgos estará dispuesto a correr el Brujo para averiguarlo?

El Brujo Pirujo es una publicación de Batidora ediciones, escrito por Mari Carmen González e ilustrado por Silvia Álvarez. Con letra minúscula y tapa dura, cuenta con un tamaño amplio pero muy manejable. Es muy destacable su ilustración, con una gama cromática muy amplia, de colores vivos e intensos, que consiguen envolver la obra en una atmósfera onírica, mágica. En este bosque tan extraordinario podemos encontrar hojas azules, árboles morados y cielos de un bello color anaranjado… La magia del color nos envuelve en cada una de sus páginas. Al igual que Jaime al cerrar los ojos, el lector también viaja hacia un mundo diferente, en el que los colores juegan con nuestra percepción.

Además de la gran personalidad de sus ilustraciones, esta obra tiene varios rasgos que la hacen muy atractiva para leer con niños: en primer lugar, su estructura basada en la repetición de algunos pasajes y oraciones  a lo largo de la narración.  Una y otra vez, el brujo Pirujo sube a los árboles que encuentra para probarlos, pero cuando se duerme sobre ellos, siempre termina cayendo al suelo porque no resultan adecuados para dormir. Esta estructura se repite en varias ocasiones y esto permite a los niños participar activamente de la narración porque les resulta muy fácil recordar la secuencia, favoreciendo además su atención y comprensión de la historia.

En segundo lugar, se trata de una obra con elementos cómicos, onomatopeyas y toques de humor con los que los niños disfrutan y se divierten, soltando una sonrisa en cada nuevo traspiés del brujo.

Una historia que seguro gustará a los más pequeños de la casa (recomendada para niños de 4 a 6 años), en la que conseguir lo que queremos requiere esfuerzo, tenacidad y recorrer un camino que no siempre resulta fácil. Y una vez superadas las dificultades, aparece un interrogante más: ¿ha estado nuestro árbol siempre allí, esperándonos? ¿o lo hemos hecho posible nosotros con nuestra búsqueda? Seguro que alguien tan mágico como el Brujo Pirujo podrá ayudarnos a encontrar respuestas.

 

“  (…) Apenas había pasado un cuarto de hora cuando empezó a tener un sueño…

-Iré al bosque a dormir la siesta.

Cogió, como siempre, su bolsita y su varita mágica y se dirigió hacia el bosque.

Cuando llegó, se fijó en un precioso árbol…”