La maceta vacía

La maceta vacía

Demi. La maceta vacía. Barcelona: Editorial Juventud, 2018, 32 pp.

La maceta vacía es un libro lleno, repleto de belleza y sabiduría. Un sugerente álbum ilustrado de ritmo tranquilo, en pos del encanto estético. Unas páginas firmadas por Demi, colmadas de detalles. Páginas donde la autora recrea con gran delicadeza un cuento popular chino.

La narración, con su estilo, nos acerca la cultura oriental y la complementariedad de la que hace gala. Lo estático y lo dinámico. Ambos, en conjunto, conformando una misma obra. El fondo verde de cada página, surcado por tenues y sutiles signos que susurran misterios, ofrecen un bonito marco para la narración. Los acontecimientos son proyectados sobre el ovalado espacio central mediante finas ilustraciones. Mientras, el texto, que las acompaña ocupando siempre un mismo espacio inferior, da voz a las escenas en una experiencia cercana al cine mudo.

Disociar imagen y texto, da pausa al ritmo de la obra y resalta el valor de la palabra y la oralidad en la transmisión de los cuentos populares. Así, algo que en principio podría entorpecer la fluidez narrativa, aporta el sabor del eterno cuento, recuerdos de la tradición oral.

El emperador ha de escoger sucesor y aquí empieza la trama. En un lugar donde se valora tanto la belleza, donde parece que lo bello es lo bueno, se decide que aquel que logre cultivar la más bella flor será quien goce de este honor. Todos los niños recibirán una semilla del soberano y aquel que, pasado un tiempo, presente la maceta con mayor belleza será el nuevo Señor. ¿Qué sucederá? ¿Conseguirá Ping, nuestro pequeño protagonista, hacer brotar como acostumbra una bonita flor? ¡Ay, la belleza! ¿Y si fuese más elevada aquella que no se ve que la otra, física y tangible?

Ping, lleno de entusiasmo, sabiéndose capaz de hacer brotar bellas flores, acomete la tarea. Al ver que sus intentos no dan el resultado esperado, venciendo la frustración, volverá a intentarlo. Una y otra vez. Diferentes modos, distintas técnicas. La misma semilla.

Habrá de superar el miedo al fracaso, situando el valor no en el logro sino en el proceso. En el esfuerzo realizado, en el trabajo bien hecho. Pues, cuando uno ha hecho, realmente, todo lo que puede ha de estar siempre orgulloso, independientemente del resultado.

El emperador y el cuento, la autora y la narración, imbrican culturas lejanas y la raíz de nuestro pensamiento. Obligan a altura de miras, superando lo material hasta alcanzar lo intangible. Un álbum en el que la belleza de la honestidad y la virtud brillan con luz propia. Un título que invita a ser degustado con deleite, pausa y detenimiento.