Ahab y la ballena blanca
Manuel Marsol: Ahab y la ballena blanca. Zaragoza: Edelvives, 2014, 40 pp.
Hoy traigo una obra de esas que se escriben con letras mayúsculas. Logró el III Premio Internacional Edelvives Álbum Ilustrado, otorgado en 2014, y cualquiera que se pierda entre sus páginas entenderá perfectamente el porqué de ese galardón. Como el propio título indica, está basada en la obra de Herman Melville y nos muestra la obsesión del famoso capitán en su búsqueda incesante.
El libro abre con la guarda anterior que presenta un antiguo mapa de la isla de Nantucket, con forma de ballena y de un blanco marfil que destaca sobre el color tostado del mar. Manuel Marsol nos mete de cabeza en la historia y nos deja claro que vamos a acabar igual de obsesionados que el marinero: nadie regresa indemne. Y si alguien todavía no está convencido, basta con pasar un par de páginas para llegar al salón de Ahab y perdernos descubriendo la infinidad de pequeñas referencias a la obra de Melville que pueden caber en una doble página.
Saltamos con el marino a su barco, el Pequod, y a partir de ahí debemos saber que estamos perdidos. Puede que sean necesarias más de dos y más de tres lecturas, pero no hay una sola doble página donde no aparezca Moby Dick: camuflada entre barcos hundidos, simulando ser un gran cascote de hielo o reflejada en las estrellas del firmamento. Miremos donde miremos, la gran ballena blanca acecha entre las hojas.
Es una presencia que nos vigila de reojo, que vuelve loco al capitán Ahab y que aparece y desaparece a su antojo, sin que el pobre marinero sea capaz de verla. Tal es su obsesión, que se pregunta incesantemente por su paradero, aun teniéndola delante de sus narices a cada vuelta de hoja.
Las ilustraciones: absolutamente maravillosas. Manuel Marsol utiliza una combinación de técnicas que logra generar una atmósfera única: oscuridad, sorpresa, desesperación, locura… La combinación entre texto e imágenes muestra su destreza como autor de libro-álbum, de esos que te enganchan y te tienen descubriendo guiños literarios y sorpresas narrativas con cada nueva lectura.
La guarda posterior pone el broche de oro a la edición a cargo de Edelvives: se repite el mapa inicial con la isla de Nantucket, pero esta vez incluye unas líneas discontinuas que nos indican el camino que hemos hecho colgados de la locura de Ahab.
Lo dicho: imprescindible en cualquier biblioteca. Y ya de paso les recomiendo que le echen un vistazo al resto de maravillas firmadas por Manuel Marsol. De nada.