Fórum ¡Álbum! Madrid 2
Voy a empezar a plantear seriamente la posibilidad de que las crónicas se compongan de una sola palabra que sea evocadora, que recoja bien todo aquello que sucedió, que sea capaz de transmitir el sinfín de emociones vividas… Esta mañana estaba barajando posibilidades y pensaba en «emocionante», «iluminador», «energizante», pero ninguno terminaba de convencerme. Hasta que he dado en el clavo, ya lo tengo. Si alguien me pregunta por el Fórum de ¡Álbum! en Madrid tengo decidida mi respuesta: gendelamorhermoso. Y, si logro controlar mi tendencia a hablar por los codos, dejaré ahí el resumen.
Pero bueno, esto es como todo, lo de aprender a controlarse siempre empieza mañana, así que hoy voy a quedarme a gusto.
Tras un viernes maravilloso, el sábado un montón de caras somnolientas nos volvimos a reunir en el Centro Cultural Conde Duque a las 11 de la mañana para arrancar con nuestro segundo día de magia entre libros. La organización lo tiene todo bajo control y ha programado a Ellen Duthie para esta primera franja, y no falla. Sencillamente maravillosa. Ellen reflexiona sobre los álbumes como disparadores de diálogo y reflexión en el aula y lo hace con la naturalidad de quien sabe de lo que habla; nos regala un arma muy necesaria hoy en día: las palabras. Frente a las peticiones y recomendaciones de libros «para», nos ofrece el contraataque de libros «a partir de los que»; libros para generar un diálogo, libros para alimentar la conversación, libros como punto de partida, como trampolín, como disparador. Y podría seguir otros cuatro párrafos hablando de ello (aún no he comenzado el proyecto «Marta calla un poco»), pero es que es necesario que todo el mundo lea a Ellen Duthie alguna vez, o la escuche, o hable con ella. Repito, sencillamente maravillosa.
Con el cerebro a mil revoluciones, ayudado también por un café milagroso que nos ofrecen a media mañana, llega el turno del primer taller del día. Se puede escoger entre Ed Vere, Lara Meana y Ellen Duthie; así, por ponerlo facilito. Yo decido continuar con el fenómeno fan y persigo a Ellen con ansia de escuchar más. Y, por suerte o por desgracia, ella decide echar más leña al fuego y alimentar aún más al groupie que todos llevamos dentro con un taller sobre lectura en voz alta: qué hacer, qué no hacer, cómo afrontar textos difíciles. Y es que… ¿cómo se lee en voz alta un álbum sin palabras? Pues hay muchas opciones y pueden surgir muchas más: hay experimentar sin miedo; pero también con cuidado de no caer en una mera descripción de las imágenes que empobrecen el texto y la lectura. De nuevo, por si no lo he dicho, sencillamente maravillosa.
Lara Reyes recoge el testigo y presenta su trabajo. Ella es maestra en la Escuela Francesc Aldea, además de investigadora de LIJ y doctora en Didáctica de la Lengua y la Literatura, y ha logrado integrar todas esas facetas en un precioso y muy bien fundamentado proyecto que va mucho más allá de un plan lector al uso. A través de la literatura infantil y juvenil, prestando especial atención al libro-álbum pero sin limitarse a él, han creado en su Escuela una comunidad lectora, integrando alumnado, docentes, familias y libreras. Han generado espacios de diálogo entre los niños, en los que ellos van desarrollando una mirada tremendamente profunda y capaz de reflexionar sobre cuestiones complejas como la relación entre texto e imágenes. Al final de su charla, Lara nos demuestra cómo los niños han ido creciendo y construyendo sobre aprendizajes pasados y han llegado a desarrollar un espíritu crítico y un nivel de respuestas lectoras que les permite señalar elementos metaficcionales dentro del texto (sí, los niños de 6º de Primaria dicen «metaficcionales»). Sin duda, hay esperanza y hay mucha gente trabajando muy duro y muy bien.
Tras una comida estupenda donde las asistentes siguen charlando en pequeños grupos y comentando la barbaridad de información y reflexiones que se agolpan en la mente de cada una, atacamos la tarde con un nuevo taller. En este caso escojo el de Lara Meana y me lanzo a participar en la creación de un libro-álbum cartonero, reutilizando todo tipo de material que ha traído para nosotras. El proceso creativo, la toma de decisiones, las posibilidades narrativas que hay más allá de las secuencias lineales… todo ello llevado a la práctica y aderezado con consejos y reflexiones de Lara, una persona rebonita. No asistí al taller de Ed Vere, pero tuve espías infiltradas y me consta que fue también un maravilloso espacio de creación de imágenes, de guiños para perder el miedo a ilustrar y de análisis sobre las posibilidades expresivas de detalles que pueden parecer pequeños pero son enormes.
El resto de la tarde (y vaya tarde) avanza con Miguel Brieva, Ana G. Lartitegui y, de nuevo, Lara Meana. Miguel Brieva habla sobre el cómic y su potencial para generar debates nuevos en el aula, para desarrollar el espíritu crítico y para alejarse de la mera transmisión de conocimientos en favor de una educación mucho más comprometida y unida a la realidad en la que vivimos. Los ejemplos que trajo han quedado firmemente anotados y se han convertido en una búsqueda obligada para la próxima visita a la biblioteca o la librería. Ana G. Lartitegui trae al salón de actos un género que lleva unos años despegando con fuerza, aunque quizás es todavía uno de los grandes desconocidos; habla de libros de no ficción, con todo tipo de características y maneras de enfocar la información que buscan transmitir. Sin duda, también unos gratos deberes para la próxima escapada a los templos de la literatura.
Y por último, con la difícil tarea de mantener la atención de un auditorio extenuado y rozando el Síndrome de Stendhal, aparece en escena Lara Meana y se lanza a hablar de asociaciones secretas como la de Adictos a la Lectura, Mediadores Anónimos o Lectores Anónimos. Reivindica el placer de la lectura y defiende la labor fundamental de los mediadores, sobre todo libreros o bibliotecarios; exige respeto para los gustos de los lectores, sean niños o adultos, y nos recuerda a todas la necesidad de establecer una relación horizontal donde nuestras preferencias no son mejores que las suyas. Si queremos que un niño lea, no podemos empezar por denostar y rechazar aquello que ha elegido él y que satisface sus gustos y necesidades en un determinado momento; el mediador es también un lector en formación, con la única distancia de haber leído más y más variado, y una actitud abierta a escuchar y aprender de los más pequeños tendrá efectos tremendamente positivos para niños y adultos. Y cierra su charla diciendo que LEER NO SIRVE PARA NADA… y sirve para todo.
Raquel Martínez Uña, editora de Wonder Ponder, cierra el acto junto a su compañera Cristina Peregrina, editora de Kókinos, enviando una invitación a crear espacios y momentos en los que hablar, compartir, colaborar; no quieren que el Fórum ¡Álbum! se quede en dos días de maravillosas charlas y talleres, sino que proponen generar una comunidad. ¡Voto a favor!