Sibylle Delacroix. Granos de arena. Barcelona: Editorial Juventud, 2018, 32 pp.

Ser recibido al tumbarse por la grata plasticidad de la arena. La dorada calidez del día soleado atravesando los párpados cerrados. El sonido de las olas, iiii–tsaasssss–oaaaaaaa, meciendo el pensamiento. La brisa en la orilla refrescando nuestro ser. Mientras, a resguardo en el gigante castillo de arena, a salvo del envite de vientos y mareas, se disfrutan ricos helados. Jornadas ociosas inundadas de luz. Días, sensaciones, recuerdos del verano que nos alcanzan a través del puñadito de arena contenido en estas páginas.

Sibylle seduce a primera vista. El trazo de sus lápices supone irresistible reclamo a nuestra atención. Detenerse ante la imagen. Sentirse absorbido por las láminas a doble página. Por la belleza de las ilustraciones y el encanto del grafito. Por la calidez que el gramaje confiere al papel. Por la calidad artística de la obra. Una belleza que invita a disfrutar visualmente de la narración, a vivir los fantásticos escenarios, atendiendo a cada detalle, sin reparar aun en las palabras.

Pero, al paladearlas… Encontramos un texto poético al degustar las palabras. Un texto breve, dinámico, con perfecto encaje en la belleza de la obra. Narración y dialogo, preguntas y respuestas, que generan, por sí mismas, preciosas imágenes. Una invitación a soñar. Al placer de la ensoñación, a alcanzar maravillosos mundos, también, a través de la palabra.

Granos de arena. Finalizadas las vacaciones, un puñado de arena en las sandalias dará pie a los pequeños hermanos a disfrutar de unas últimas aventuras. Aventuras, en ese lugar donde se mezclan cabeza y corazón, sueño y realidad. Lugar donde el alma sobrevuela libremente la creatividad, sin temor, abandonada al placer del juego, inmersa en un mágico halo de protección. Lugar accesible desde este álbum: a través de ilustraciones, surcando palabras.

Destaca el empleo del color, la combinación con lo oscuro del grafito. Así, se resaltan algunas partes en las sugerentes ilustraciones de mina gris. Los granos de arena, los distintos elementos en los que la fantasía los transforma; molinillos; mareas; sombrillas. Y la ropa, el color en el vestir.

El continuo contraste no deja de sugerir. Los colores planos y lisos de la ropa por un lado, la cálida rugosidad del lienzo y la ilustración por el otro. Lo llamativo del color frente a la silenciosa escala de grises. Imágenes apagadas que transmiten emociones, sentimientos. El enfado, ira y frustración, que provoca olas en el corazón. El tierno amor que permite abandonarse en los brazos del otro. La alegría, la felicidad del juego en libertad. ¿Lo humano y gris, con su claroscuro interior, frente a la colorida apariencia exterior?

Granos de arena es un álbum que nos transporta a mundos interiores, el primero en el que encontramos la nueva imagen de la editorial. El nuevo logo estampado en una obra bella, poética y sumamente evocadora. Toda una declaración de principios. Y de intenciones.