El cordero que es un cerdito

Pim Lammers, Milja Praagman. El cordero que es un cerdito. A Coruña: Hércules de Ediciones, 2018, 32 pp.

En el prado, cerdos y ovejas están juntos…pero no revueltos. Porque cerdos y ovejas no son lo mismo. Pertenecen a grupos diferentes y hacen cosas distintas. Mientras las ovejas pastan en el prado con sus lustrosos e impecables jerséis de lana blanca, los cerdos hacen honor a su nombre y se revuelcan en el barro con gran regocijo.

Pero esta armonía social se rompe cuando un cordero decide dar rienda suelta a sus instintos porcinos y corre a jugar en el barro con los demás cerdos. ¡Pero qué hace! ¡Ese cordero está loco!  Las ovejas, los propios cerdos e incluso el granjero observan ojipláticos la situación. Ante semejante guirigay, el granjero, desconcertado, tratará de encontrar respuestas para el insólito cordero y, ya de paso, para todos los demás.

El cordero que es un cerdito es una metáfora muy poderosa sobre la identidad sexual y de género. Su autor, Pimm Lamers, es un autor holandés de libros infantiles que también publica obras para adultos y cuyas historias desarrollan temas como la diversidad de género y la identidad sexual. Temas que es recomendable abordar con naturalidad y apertura desde edades tempranas porque, tal y como defiende el propio autor “si los niños leen sobre homosexualidad o transexualidad siendo pequeños, no pensarán que éstos son temas extraños o raros, sino normales.”  

 Y eso precisamente es lo que nos ofrece esta obra. Gracias a los diferentes personajes de la historia, conseguimos entender las distintas perspectivas.  El granjero que se encuentra por primera vez con una situación desconocida y no sabe cómo reaccionar, los corderos que se sienten amenazados por el comportamiento inesperado de un “igual” y los cerdos estupefactos ante la intromisión de lo desconocido en su propio territorio.  Reacciones reales que aparecen en cualquier entorno en el que esté implicada la diversidad.

Se trata de una historia con cierta complejidad de fondo pero que se presenta con gran sencillez, poco texto, y un lenguaje directo que conecta muy bien con los niños de todas las edades. Y la ilustración a cargo de Milja Praagman sigue esta misma línea: es muy clara, con mucha carga narrativa y el gran significado y simbolismo de sus imágenes ayuda a los más pequeños a entender la historia a partir de conceptos más cercanos y conocidos para ellos: animales que empiezan siendo una cosa y se convierten en otra, una oveja que se comporta como nadie esperaba de ella… el poder de las imágenes está muy presente a lo largo de toda la obra. 

El punto fuerte de este cuento es sin duda su capacidad para mostrar esta situación de una manera tan natural e intuitiva a los niños. Al leer el cuento con ellos, y dependiendo de la edad que tengan, harán lecturas con diferentes niveles de profundidad. De hecho, probablemente hasta Educación Primaria no sean capaces de extraer la idea de identidad de género de una forma directa, especialmente si no están familiarizados con la situación a raíz de sus propias vivencias. Pero lo sorprendente es que la idea principal les llega muy nítida ya desde una primera lectura. Todas estas cosas que le están pasando al cordero, le pasan porque en realidad no es un cordero. Es un cerdo. Así de sencillo. Fin de la discusión. Y así, con esta rotundidad, este libro pone la semilla para que los niños puedan entender posteriormente de una manera más amplia otros conceptos como diversidad de género y transexualidad y sean más tolerantes ante la diferencia.

Por todo esto, es un libro que podemos recomendar para cualquier edad y circunstancia. Como si fuera un juego de mesa: de 0 a 99 años. Los más pequeños de la casa, encontrarán un cuento divertido con algunos animales de la granja como protagonistas y disfrutarán mucho del color, la expresividad y la candidez de sus ilustraciones.  Si son un poco más mayores, podrán profundizar más en el contenido, identificar el conflicto y plantearse sus propias preguntas al respecto. E incluso los adolescentes, podrán apreciar todos los matices de la historia, que es una invitación perfecta para reflexionar con ellos sobre la identidad sexual y de género y el conflicto social que generan.

Y sobre todo, para aquellos niños y niñas, sea cual sea su edad, que se sientan como el protagonista de esta historia, en este libro encontrarán un espejo en el que mirarse para aprender a entenderse y a escucharse a sí mismos.