Un puente de libros infantiles: la inspiradora autobiografía de una mujer excepcional

Un puente de libros infantiles: la inspiradora autobiografía de una mujer excepcional

Lepman Jella: Un puente de libros infantiles: la inspiradora autobiografía de una mujer excepcional. Galicia: Creotz Ediciones, 2017, 248 pp.

Tres son las palabras que más llaman la atención en el título de este libro. En primer lugar, «autobiografía»; un género que invita a leer para conocer de primera mano los motivos, conflictos internos y cavilaciones con los que se enfrenta todo ser humano cuando acomete una empresa del tipo que sea. Por otra parte, «inspiradora» como sinónimo de sugeridora o, en palabras de Carmen Martín Gaite en su maravillosa Caperucita en Manhattan, insufladora. Y, por último, «excepcional», uno de los adjetivos más positivos que existen y que solemos asociar con la excelencia y la admiración de quien merece esta calificación. Todos los significados y matices de estas tres palabras son las que esta obra explota al máximo, así pues el título no es casual.

Publicado originalmente en 1964, en este libro Jella Lepman (1891-1970) cuenta en primera persona los proyectos más destacados que llevó a cabo en una Alemania en ruinas y totalmente devastada por la guerra. Esta periodista y escritora alemana de origen judío abandonó su país en cuanto el gobierno de ideología nacionalsocialista puso de manifiesto su antisemitismo. Al fin de la Segunda Guerra Mundial, el ejército norteamericano le pidió ser la asesora de un programa de reconstrucción cultural en Alemania y ella, a pesar del miedo que le producía volver a su país, no se pudo negar.

En palabras de Jella:

Mi principal misión era investigar la situación de las mujeres y los niños, proponiendo cuanto antes acciones a llevar a cabo en material cultural. […]
Habían pasado doce años sin que entraran en la Alemania nazi libros juveniles del mundo libre: las obras maestras ardieron en hogueras y los grandes éxitos de la literatura infantil fueron prohibidos. Además, las bibliotecas de libre acceso, algo existente en cualquier otro país, eran vistas en Alemania con gran desconfianza.

Este programa tenía como objetivo principal la recuperación de la normalidad de una nación después de un conflicto con la cultura como principal herramienta de actuación. Superar el hambre, el dolor, las pérdidas, además de proporcionarles una casa donde vivir a los más pequeños era fundamental; pero sin una literatura que los curara por dentro no podían empezar de nuevo.

Los alimentos y los paquetes de auxilio eran necesarios, pero igual de importante era alimentar el espíritu, con todo lo que ello implicaba.

En las páginas del libro se narra con todo detalla todos los logros de Jella Lepman en materia cultural; las ayudas que consiguió, las dificultades contra las que tuvo que lidiar y cómo les hizo frente a todo con una fe inquebrantable. Todos sus proyectos e iniciativas gozaron de mucho éxito y la mayoría de ellos todavía permanecen en la actualidad:

  • La Exposición Internacional de Libros Infantiles a Munich.
  • La inaguración de la Biblioteca Internacional de la Juventud.
  • La Organización Internacional para el Libro Juvenil (La International Board on Books for Young People, o IBBY).
  • El Premio Hans Christian Andersen. 

Además, la Introducción del libro es a cargo del presidente de la IBBY y en las páginas finales podemos leer la transcripción de la conferencia inaugural del congreso celebrado el año 1951 y firmado por el filósofo español José Ortega y Gasset (que ese mismo año era profesor en la Universidad de Munich): «Entendimiento internacional a través de los libros infantiles y juveniles».

Jella Lepman tenía la firme convicción del poder reparador y liberador de los libros y la cultura, una de sus máximas era:

Los libros infantiles serán los primeros emisarios de la paz.

Totalmente segura de que se podía llegar al entendimiento mediante la literatura infantil y juvenil, escribió a muchos países solicitando libros para los niños alemanes. Los representantes de algunos de estos países se negaron a colaborar aduciendo que Alemania los había invadido en diversas ocasiones y la respuesta de Lepman, concisa y sencilla, fue que las nuevas generaciones recibirían una educación diferente y los libros tenían un papel muy importante. Por este motivo, lo más importante era crear una vía de acceso, un puente, que para ella representaban las lecturas para niños.

Una lectura en verdad inspiradora y excepcional que no deberíamos dejar pasar.