La hormiguita

Javier Sáenz Pinillos (autor), Ana Sáez del Arco (ilustradora): La hormiguita. Iajajai, 2018, 50 pp.

La Hormiguita recuerda a la clásica Fábula de La cigarra y la hormiga, atribuida a Esopo, puesto que la historia se centra en una hormiga que busca comida mientras el resto de animales disfruta del verano, además de compartir moraleja. Aunque es cierto que los personajes de esta historia le confieren un carácter singular, humorístico y sugerente que resulta muy atractivo para los primeros lectores.

La construcción narrativa del relato muestra una estructura de relato típica de los cuentos clásicos, permitiendo que hasta los lectores más pequeños sean capaces de comprender el argumento secuencialmente, en el que la protagonista, una astuta y trabajadora hormiguita, se ve afectada por el deshonesto comportamiento de sus amigos, con quienes terminará colaborando para sobrevivir.

El cuento se centra en la importancia del esfuerzo para conseguir las cosas y de no apropiarse de lo ajeno. La hormiguita logra la simpatía del lector cuando es robada por sus amigos sin que ella se entere, mientras los animalitos repiten la misma fórmula a modo de justificación por sus acciones. Esta conexión entre el lector y el personaje se ve reforzada cuando el resto de los animales deben recompensar a la hormiguita por haber sido egoístas.

Se trata de un cuento ilustrado en el que la imagen esquemática y divertida acompaña al texto.

Las coloridas e ingeniosas imágenes reproducen la información del texto, añadiendo sutiles detalles cómicos que mantienen la atención del lector.

El lenguaje empleado por el autor es sencillo y preciso, con fórmulas tradicionales, repeticiones y diminutivos que logran que el lector se sienta identificado y se vea inmerso en la historia desde la segunda página. La presencia de diálogos en cursiva permite diferenciar la voz del narrador de las voces de los personajes, aunque las inferencias no sean especificadas en todo momento.

Se trata de un cuento sencillo y divertido con final feliz que encierra una moraleja implícita fácilmente identificable por los lectores, permitiendo trabajar diversidad de valores y sentimientos con los que los más pequeños de la casa pueden sentirse identificados en su día a día.