Arianna Squilloni (Texto), Samuel Castaño (Ilustración). El viaje del calígrafo. Barcelona: Editorial Juventud, 2019, 40 pp.

Prestad atención, cazadores de tesoros. Aguzad los sentidos. Desplegad las redes, preparad los aparejos. Haced hueco en vuestras mesillas de noche. Pues, desde la cubierta entreabierta, nos alcanzan destellos nacarados, indicador inequívoco de la presencia de una auténtica perla poética. Un álbum, repleto de matices, que revela nuevos detalles tras cada lectura. Páginas que giran en torno al calígrafo, en torno a aquel que busca la belleza de las palabras, la estética del trazo, la exquisitez de la grafía. Seducción a partir de las sinuosas formas de la palabra escrita. Palabras que reflejan la realidad, vocablos que, encerrando en sí mismos la esencia o el ser de las cosas, ofrecen un nuevo mundo.

                    Palabras cálidas, palabras bonitas, palabras profundas…

                    Son como el aroma de una flor en la noche

                    que uno no ve.

                    …

así lo desveló la poetisa.

Arianna Squilloni nos acerca, desde un tiempo en que cada aldea era una isla y cada comunidad se creía única, al carismático personaje. El calígrafo que viviendo en paz consigo mismo y con el entorno, que a partir del conocimiento y la aceptación, parecía insuflar vida en las palabras que escribía. Los chicos del pueblo decían que los trazos del nombre escrito se impregnaban de las cualidades del objeto: el nombre de las cigarras chirriaba como un mediodía de verano (…); sus arroyos poseían el estruendo de un torrente de montaña (…) y los rayos de sol contenían la cristalina voz del gallo a primera hora (…).

El texto se adentra en el espacio más íntimo del calígrafo, allí donde, cada mañana, instantes antes de escribir, acaso en el momento del diseño y la ideación, completa el delicioso ritual: lame el pincel con la punta de la lengua antes de dar forma a los trazos. La narración, manteniendo ese carácter y tono cálido, se expande hacia un mundo enteramente nuevo. Un viaje fascinante, a través de senderos y caminos, de trazos y colores, de palabras y sonidos que nos transportan. Viaje, físico, emocional o mental, que siempre implica búsqueda y destaca la valentía de aventurarse en lo desconocido. El valor de la intuición.

La ilustración de Samuel Castaño seduce al lector. Uno queda atrapado en la belleza y elegancia de la poderosa narración visual. El autor emplea técnicas diferenciadas para resaltar las distintas naturalezas de los mundos representados. Con gran creatividad, el mundo físico es ilustrado a partir de collages compuestos por diferentes elementos naturales, composiciones en las que destacan las fotografías de diversas hojas y plantas. El universo del calígrafo, por el contrario, está compuesto únicamente por trazos, formas y colores: la palabra y el lenguaje ofreciendo, tan solo, el reflejo del mundo tangible.

La ilustración convive, nace y brota desde el blanco de la página. Una blancura que cede y otorga un maravilloso espacio al lector. Un espacio que recuerda que es éste, de este lado de la página, a partir de sus experiencias, quien cierra y completa el poema. Así, es admirable la confianza que depositan los autores en el público infantil, ofreciendo un álbum donde se pueden apreciar ideas como: la capacidad del lenguaje de crear mundos; el poder para conectar a las personas; conectar con uno mismo y con el entorno como punto de partida para crear algo bello; el propio viaje, individual e intransferible pero compartido con los demás como analogía de la vida; la belleza como objetivo, una concepción estética donde lo bello es lo bueno,…

Si lo bello es lo bueno, El viaje del calígrafo es una gran aportación para un mundo mejor. Un fascinante álbum que invita a pensar, a reflexionar y a sentir. Un texto y una ilustración que se introducen como una pequeña espita dando paso al lenguaje, a la cultura, la generosidad, el pensar en el otro, la colectividad o la relación con el medio. Un cuaderno de viajes que nos transporta y nos acerca formas y trazos, colores y sabores, innumerables posibilidades. Palabras, gratas ideas, cálidos sentimientos y hermosas emociones.

¡Cazadores de tesoros, estad atentos!