Diego Arboleda (texto), Ana Zurita (ilustración): Lupas y Nanai. Un misterio de aire. Madrid: Anaya, 2020, 112 pp. Lupas y Nanai. Un misterio de fuego. Madrid: Anaya, 2020, 96 pp.

El lobo Lupas y la jirafa Nanai forman una agencia de detectives especializada en resolver los enigmas más disparatados que se esconden tras una misteriosa puerta. Una escalera que en vez de peldaños tiene pájaros, caballeros que en lugar de lanzas esgrimen serpientes o arquitectos reales que lo ven todo del revés son algunas de las cosas que se van encontrando por el camino estos peculiares investigadores.

En Un misterio de aire, Lupas y Nanai viajan a China para encontrar al Emperador desaparecido y se encuentran con que las personas que les han contratado para localizarlo no les permiten traspasar los muros de la Ciudad Prohibida. Su astucia, una asombrosa colección de lupas y la ayuda de los personajes muy particulares que van conociendo por el camino (o debería decir, por el cielo) les lleva a salir airosos de esta aventura.

En Un misterio de fuego, Lupas y Nanai siguen enfrentándose a los elementos para descifrar un nuevo enigma. Esta vez tendrán que viajar a un lugar donde las cosas no siempre se ven bocarriba, ni siquiera los castillos, para averiguar quién le ha robado el fuego al temible Dragón. De nuevo, su astucia, su capacidad de observación y las imprescindibles lupas serán la clave para resolver el misterio.

Lupas y Nanai es la primera serie de este escritor pensada para primeros lectores y contiene todos los ingredientes fundamentales para que la receta no falle: misterio, enigmas, rimas, limericks, acertijos, juegos de palabras… A través del humor inteligente y un magnífico dominio de la lengua (sus señas de identidad), Diego Arboleda logra con maestría un equilibrio perfecto entre los datos históricos, las curiosidades y la ficción más imaginativa, dando como resultado una narrativa ágil y tremendamente entretenida que engancha desde la puerta de entrada.

Los geniales personajes de estas dos historias (me quedo sin dudarlo con la cotorra Retahíla, una auténtica genialidad) cobran vida de la mano de las ilustraciones de formas prismáticas, desenfadadas y coloridas de Ana Zurita, y son tan dinámicas que parecen fotogramas de un vídeo en pausa.

La serie de Lupas y Nanai ofrece al lector originalidad, frescura y, sobre todo, calidad literaria sin caer en la simpleza, y sus diversos niveles de lectura la convierten en un imprescindible en cualquier biblioteca.