La cabina de teléfono en el jardín del señor Hirota

La cabina de teléfono en el jardín del señor Hirota

Heather Smith (autora), Rachel Wada (ilustradora): La cabina de teléfono en el jardín del señor Hirota. Bilbao: A Fin de Cuentos, 2021, 33p.

A veces nos cuesta acercar la realidad de algunas tragedias a los más pequeños porque pensamos que no van a ser capaces de comprenderlo, o que no están preparados para enfrentarse a ellas. Pero las creadoras de esta obra nos muestran una forma de acercarles la realidad y transmitirles esperanza ante estas situaciones.

La cabina de teléfono en el jardín del señor Hirota es un álbum ilustrado por Rachel Wada, japonesa residente en Canadá, con texto de Heather Smith, canadiense, cuyo argumento está inspirado en la conmovedora historia de Itaru Susaki y su “teléfono desconectado”, un simbólico gesto que fue capaz de ayudar a una desolada comunidad a superar las pérdidas causadas por el tsunami que arrasó la costa de Japón en el año 2011. Una historia de esperanza y entereza frente al caos y la catástrofe que inspiró a la autora a adaptarla y acercarla a un público más joven.

En esta historia el protagonista, Makio, y su vecino, el señor Hirota, en una de sus reuniones para contemplar la costa presencian como una ola gigante se extiende por el puerto y arrasa con TODO, llevándose con ella algunos vecinos de la aldea. Después del incidente el dolor y el silencio se extienden por la aldea como si de un espeso manto de niebla se tratase. Hasta que pasadas unas semanas Makio ve como su vecino construye una cabina telefónica en su jardín. Una cabina en lo alto de la colina con un teléfono dentro que no está conectado a ninguna parte, o eso es lo que pensaba Makio hasta vio como los vecinos de la aldea desfilaban por su ventana para buscar refugio en aquella cabina, donde estaba lo que se terminó llamando “el teléfono del viento”.

 

Un texto breve, lento y poético que recoge el sentimiento de tristeza y dolor de forma sutil y delicada. Que, además, juega con diferentes tipografías para cambiar de voces de forma medida y cautelosa. Una creación que rebosa esperanza y sensibilidad, que sen ven realzadas gracias a unas ilustraciones llenas de fuerza. Unas ilustraciones que buscan la narración a través de los colores, que se van suavizando a medida que avanza la historia, con una paleta de colores que refuerza magistralmente el mensaje del texto, un mensaje triste pero lleno de esperanza. La técnica escogida por la ilustradora recuerda a los grabados tradicionales japoneses, con trazos sueltos, colores sobrios, espacios y perspectivas que se combinan perfectamente para otorgar protagonismo a la naturaleza en todas sus dimensiones.

La autora se acerca cautelosamente al público más joven convirtiendo sutilmente a la naturaleza en un personaje más de la historia. Un personaje con voz propia que interactúa de forma sutil pero trascendental con el resto de los personajes. Esta cuidada relación entre los personajes, llevada a cabo mediante la combinación de un delicado y medido texto, acompañado de unas conmovedoras y descriptivas ilustraciones, logra conectar con el público apelando a sus sentimientos más profundos y sinceros.

Se trata de un álbum lleno de belleza y sentimientos, ideal para explicar a los más pequeños que existen diferentes formas de afrontar el dolor, la muerte, el duelo y que todo ello puede ir acompañado de la esperanza.