Pen Friends 1. Cartamigos de leyenda y Pen Friends 2. Atentamente, bicho peludo.

Pen Friends 1. Cartamigos de leyenda y Pen Friends 2. Atentamente, bicho peludo.

Ana Campoy (textos), Álex Alonso (ilustraciones): Pen Friends1. Cartamigos de leyenda. Barcelona: Molino, 2021, 208 pp.; Pen Friends 2. Atentamente, bicho peludo. Barcelona: Molino, 2021, 224 pp

En Pen friends, Ana Campoy consigue aunar pasado y presente recuperando las relaciones por carta para integrarlas con maestría en el moderno mundo de la tecnología y el progreso que, sin negar sus enormes ventajas, también es el responsable de que ese medio de comunicación acabara prácticamente desapareciendo en el olvido. Las historias de estos cartamigos (que son niños de 10-11 años que viven en lugares diferentes y no se conocen en persona) se narran íntegramente por medio de sus cartas. En ellas, los amigos se cuentan su día a día, intercambian anécdotas, secretos y preocupaciones, y así se van conociendo (y les vamos conociendo). En este intercambio de confidencias, la autora introduce además temas fundamentales como la amistad, la soledad, los divorcios, los cambios de casa o el acoso escolar, sobre el que hace un importante hincapié para plantear una propuesta muy clara: hay que contárselo siempre a un adulto, y enseguida, al primer indicio.

En Cartamigos de leyenda, Anna y Ricardo entablan una amistad que comienza en cierta manera por obligación, pero acaba convirtiéndose en algo auténtico a pesar de que no se conocen, porque en realidad no son más que dos amigos que comparten sus preocupaciones, sus penas, sus logros… y que no dudan en ayudar al otro a la menor ocasión. Esto debería ser la verdadera amistad, sin importar la distancia. En Atentamente, bicho peludo, Óliver y Ruci pronto conectan a pesar de ser bastante diferentes en muchos aspectos y se convierten en grandes amigos, ayudándose a superar momentos muy complicados incluso cuando les ocurren las cosas más asombrosas. En ambos casos, sus protagonistas son niños inteligentes y creativos y con un maravilloso sentido de la lealtad y la honestidad. Resulta muy llamativo que establezcan un vínculo tan fuerte cuando no se han visto nunca, pero al mismo tiempo su amistad se desarrolla y evoluciona con mucha naturalidad, lo que hace que resulte totalmente verosímil.

Leer los Pen Friends trae a la memoria esa época en la que escribíamos cartas (y las enviábamos) y postales (y también las enviábamos), aunque a veces llegáramos al destino antes que el propio correo. Era muy emocionante echar un sobre sellado a un buzón tratando de imaginar la reacción del destinatario al recibirla. La emoción era por supuesto mucho mayor cuando la carta volaba al extranjero, dentro de esos sobres ribeteados de azul y rojo (que tan bien ha reflejado Álex Alonso en el lomo de estos libros) y esa inequívoca aclaración en la esquina superior: AIR MAIL. La llegada de la tecnología a nuestras vidas, con sus revolucionarios sms, lamentablemente reemplazó el boli, el papel, los sobres y los sellos (los mensajes de texto hacen ilusión por su inmediatez, pero al mismo tiempo se cargan toda la emoción de la espera).

Mediante esta original forma de narrar historias, con cartas en lugar de capítulos, los textos de Ana Campoy y las ilustraciones de Álex Alonso, que les ponen rostro y personalidad a sus protagonistas, el lector se mantiene hábilmente enganchado, intrigado por saber qué pasará después, haciéndole partícipe de ese intercambio de cartas no solo como «espectador» sino casi también como si se tratara del destinatario de las mismas. Divertido y tierno viaje a la nostalgia de otros tiempos en los que esperar formaba parte del encanto.