Punto de encuentro

Cristina Núñez Pereira y Rafael R. Valcárcel: Punto de encuentro. Asturias: Palabras Aladas. 96 pp.

Punto de encuentro es un imaginativo libro de actividades, que no es un libro, sino dos libros casi idénticos. Uno en tintas verdes, otro en magentas, está pensado para compartirlo con la persona especial que tú elijas: a ella le das un ejemplar y tú te quedas con el otro. Y sin orden de calendario, al ritmo que quieras, vas rellenando sus páginas con las ideas que te sugiere:

«Si yo fuera una criatura fantástica», sería así y asá. Y «si tú fueras una criatura fantástica», serías asivualá.

Las páginas están, pues, pensadas para escribir y dibujar en ellas. Puedes crear una canción, jugar con hipótesis fantásticas, escribir mensajes en una botella, anotar experiencias y recuerdos compartidos…

Si las personas generamos vínculos con los libros, lo que se pretende aquí es que el libro mismo sea un vínculo entre dos personas, un objeto que una, un punto de encuentro, como dice el título. Nos han gustado mucho algunas páginas muy ingeniosas, como en la que pegas una foto de tu cara con el cuerpo de la otra persona, y viceversa; o la página de periódico para redactar con nuestras anécdotas… Muchas de estas ideas podrían servir no solo para hacerlas entre dos personas, sino, fuera del libro, con muchas más.

El conjunto exige un nivel de introspección y de escritura solvente, al modo de un diario, por lo que pensamos que funcionará especialmente bien a partir de los once años de edad de los niños. Podría pensarse que un libro así adolezca de demasiado contenido instrumentalizado sobre educación emocional y demás, pero no nos ha parecido así: las ideas van más hacia lo imaginativo, y, aunque hay una parte obvia de indagar en cómo soy yo (qué miedos tengo, qué me alegra, qué me gusta, etc., y lo mismo con la otra persona), nos quedamos con la parte imaginativa y de escritura creativa, que no está lejos en algunas páginas de lo que hubiera sugerido Gianni Rodari.

Yo, por mi parte, me quedaré con el verde, y ya estoy pensando a quién le entregaré el otro…