Cómo robé la manzana más grande del mundo

Cómo robé la manzana más grande del mundo

Fernando Lalana: Cómo robé la manzana más grande del mundo. Barcelona: Bambú, 2022, 178 pp.

Cómo robé la manzana más grande del mundo. Una mano enorme y una manzana dorada pequeña y mordida.

En esta ocasión, he vuelto a elegir, sin yo saberlo, a un gigante de la Literatura Infantil y Juvenil. Fernando Lalana cuenta con una amplia experiencia y trayectoria dentro de la escritura para los más jóvenes de la casa. Ha sido galardonado en bastantes ocasiones, y nada menos que con el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil (1991) y el Premio Cervantes Chico (2010), por lo que escoger uno de sus libros puede ser sinónimo de leer un texto de calidad.

En Cómo robé la manzana más grande del mundo encontramos una edición cuidada. Bambú sigue las líneas habituales y utiliza un buen tamaño de letra y unos márgenes amplios, como a mí me gustan. La colección Grandes lectores incluye unas etiquetas que indican los temas que aparecerán en el contenido, en este caso, educación medioambiental y valentía; aunque pienso que la primera está muy poco presente en la obra como para tenerla en cuenta.

El texto se desarrolla a través de cuatro capítulos heterogéneos, que a su vez quedan divididos en varias secciones. Cada una de ellas con su propio título que recoge una palabra clave en el trascurso de la trama. Desde mi punto de vista, es un acierto para ayudar a la comprensión lectora de los más jóvenes y además es útil para poder llevar a cabo algunas actividades en el aula.

La trama transcurre durante la década de los 60. Tras pasar una grave enfermedad respiratoria, que todos asociamos con la Covid, la protagonista se va a pasar una temporada al pueblo con su abuela Maravillas. Allí descubrirá que algo o alguien está perjudicando los cultivos del valle y tendrá que utilizar todo su ingenio para descubrir el misterio. Todo ello está construído con un lenguaje accesible y ágil, narrado en primera persona por la protagonista como si fuesen los recuerdos de su juventud.

Todo esto ocurrió, o al menos así es como lo recuerdo, durante el verano del año de la epidemia, que, como todo el mundo sabe, fue 1967.

Ofelia

Durante la historia encontraremos a varios personajes que muestran su carácter mediante unos diálogos repletos de chascarrillos, por ejemplo Ofelia, la protagonista, es una devoradora de libros. Fernando Lalana aprovecha las líneas de su novela para ofrecer un montón de referencias de la literatura universal y alguna pequeña valoración. Pero también es una chica que no se muerde la lengua, avispada y valiente. Ramiro no se queda atrás en cuanto a valentía, y gracias a él asistiremos a algún momento romántico. Personalmente pienso que el personaje de la abuela Maravillas no tiene desperdicio, deslenguada, llena de vitalidad y sabiduría abuelil.

En conclusión, una novela que tiene bastantes puntos fuertes, y sin lugar a dudas hará pasar al lector una grata tarde de lectura devorando el misterio de la manzana más grande del mundo con una dosis de humor.