Christoph Niemann: El rey patata. Barcelona: Malpaso Ediciones, 2022. 23 pp. 

Hoy traemos una historia sobre patatas. Sí, habéis leído bien: patatas. Un alimento delicioso y versátil que bien te puede sacar de un apuro acompañando unos huevos fritos, o servir de base para prodigios gastronómicos como la tortilla de patata. 

En El rey patata Christoph Niemann se vale de la leyenda de Federico II el Grande de Prusia para contarnos cómo este exótico tubérculo empezó a consumirse entre la población. Para ello despeja de elementos históricos el relato, llevándonos a un reino a imagen y semejanza de los que aparecen en los cuentos. En él, un rey intentará con astucia que sus súbditos, sumidos en una hambruna, coman patatas. Y… Hasta aquí. No es que no pueda contar nada más para no destriparlo, sino que, sencillamente, no hay nada más que contar. El rey patata parte de una premisa inflada e interesante que termina por quedarse en una anécdota que podríamos leer en la Wikipedia. 

La historia de Niemann no aporta una visión personal sobre el asunto ni profundiza en los personajes que lo protagonizan. Ni siquiera nos transmite un valor o enseñanza, pues nos muestra a un vulgo estúpido y receloso que se deja engañar por una monarquía que termina por salirse con la suya. Es tan breve el relato que al final del mismo el autor añade una página con documentación histórica que amplía la llegada de la patata a otras cortes europeas. ¿Por qué no incluir estos datos en la propia historia para así construir una más rica?

Parece que su autor ha seleccionado este hecho histórico en concreto por el mero gusto de explorar la visualidad que le ofrece. Y es que las ilustraciones de El rey patata están realizadas, como no podría ser de otra manera, con patatas. Niemann, a partir de un trabajo artesano, las parte por la mitad, las talla y las utiliza como esponja de estampación. De esta manera, el rey, los campesinos y los soldados que vemos entre las páginas fueron en su origen patatas. 

Sin embargo, a pesar de que la técnica es curiosa y hermosa, a El rey patata le falta un contenido potente que realce su forma.