¡A dormir! (como animales)

Kjersti Annesdatter Skomsvold (autora) y Mari Kanstad Johnsen (ilustradora): ¡A dormir! (como animales): Novoprint 2022: Adriana Hidalgo Editora (Pípala), 2022, 72 pp.

El momento de acostar a un niño puede convertirse en una tarea complicada y desesperante para muchos padres. Los más pequeños se resisten a interrumpir sus actividades y los adultos suelen estar ya demasiado cansados, para en ocasiones saber o poder tener la paciencia suficiente que este último acompañamiento del día requiere.

Bo tiene muchísima imaginación y le encantan todos los animales, de modo que cuando su madre le dice que hay que irse preparando para ir a dormir, él prefiere seguir jugando: “¡Pues ya estoy acostado!”, dice Bo posado sobre una sola pierna y los ojos cerrados. Su madre le pregunta que qué es lo que quiere decir con eso y Bo responde que es un PAPAGAYO. En vez de enfadarse por la negativa del niño de interrumpir su juego en el sofá con sus peluches (los animales) y sus dos mascotas (un perro y un gato), ella le acompaña participando ingeniosamente y con buen humor, mientras Bo sin darse cuenta va siguiendo toda la rutina de noche.

La madre aprovecha cada ocasión para enseñarle cosas sobre los animales y así mantener la atención de su inquieto hijo: las abejas y las avispas también duermen y las nutrias se envuelven en las algas para no ser arrastradas por las corrientes. Las formas de dormir de los animales son un mundo realmente fascinante, sin embargo, Bo no debe acostarse sin antes cenar algo y después lavarse.

Mientras el pequeño se cepilla los dientes, se convierte en una jirafa que estira su cuello todo lo que puede para llegar bien al lavabo. Después Bo y su madre deben salir corriendo hacia el dormitorio, porque el león que estaba detrás del váter (su gato) les persigue. Una vez en la tranquilidad del cuarto, la madre le explica como duermen algunos animales más…

A lo largo del juego a Bo se le va escapando algún bostezo, haciendo sentir al lector que es partícipe de la historia mientras entra en un estado de tranquilidad que le invita a ponerse cómodo.

Las ilustraciones de Mari Kanstad, están llenas de vivos colores compenetrándose maravillosamente con el texto, y, convirtiendo la casa en un auténtico reino animal. Los protagonistas mencionados en cada momento aparecen centrales, majestuosos y divertidos, mezclándose en cada página la imparable imaginación de Bo con la realidad. Las imágenes bullen de dinamismo y vitalidad, captando inmediatamente la atención de los más pequeños y cautivándolos con sus infinitos detalles. En algunas páginas no encontramos texto ya que las ilustraciones continúan la historia por si solas con una calidad asombrosa. Cada estancia de la casa nos envuelve con su caótica pero cálida realidad de cualquier hogar.

Es una historia muy sencilla, pero compartida diariamente por muchos en cualquier lugar del mundo. A pesar de ello, nos enseña que dejando a los niños ser niños también podemos conseguir las mismas cosas (o más), respetando sus ritmos y necesidades. La crianza va mucho más allá de simplemente cuidarles y cubrir sus necesidades básicas. No obstante, son muchas las ocasiones en las que nos sentimos agotados y desbordados por las responsabilidades y esa carga mental que no nos permite ver más allá del cansancio. Este libro es un soplo de aire fresco, que nos presenta un punto de vista diferente pero muy efectivo. Observamos que cambiando nuestro enfoque podemos abrir los ojos a incalculables posibilidades para hacer las cosas de una forma más eficiente, empática y divertida.

Seguro que la madre de Bo se durmió con una sonrisa en el corazón aquella noche, a pesar de que como vemos en la última página, ni siquiera llegó a la cama antes de quedarse profundamente dormida en el sofá.