Stravagantia

Laura Gallego (texto), Judit Mallol (ilustraciones): Stravagantia. Barcelona: Montena, 2022, 480 págs.

Virginia llega al mundo de Stravagantia con el claro objetivo de salvar a su amigo Eric, que ha sido capturado. Poco después de llegar, sin saber bien cómo, conoce casi por casualidad al fauno Berk, un viajero incansable que por azares del destino, se convierte en su compañero de viaje, en el mejor guía de este mundo que Virginia podría tener, en su protector, incluso. Juntos van a vivir una aventura que no les va a dar tregua ni un minuto y, a medida que avanzan en su viaje por este mundo tan diferente al que conocemos, la convivencia digamos forzosa se va transformando con enorme naturalidad en verdadera amistad, una amistad forjada en el camino.

No va a ser un camino fácil, sin embargo. A veces a Virginia le cuesta mucho comprender que Stravagantia tiene un ritmo diferente, unas normas distintas. Todo y todos son extraños para ella porque el mundo stravagantio es variado, diverso, colorido, y lo diferente a veces causa rechazo. Y eso es justo lo que va a ocurrir a Virginia, a quien le parece que todo el mundo allí es muy raro porque no se parecen a ella, a la realidad que ella conoce. Gracias a su nuevo amigo Berk, ella, y también el lector, reflexiona sobre quién es en realidad el «raro»:

«—Stravagantia —corrigió el fauno una vez más—. Quizá no te hayas percatado todavía, pero el caso es que… aquí eres tú la rara. Dedica un momento a pensar en ello, si no lo has hecho todavía.»

Laura Gallego elabora con una minuciosidad tan precisa cada paisaje, cada región, cada personaje de tal forma que el lector llega a sentir que los conoce de siempre y que, más que un simple espectador, es un compañero de aventuras. Derrocha una imaginación desbordante e incansable para inventar todo tipo de criaturas fantásticas con un nivel de detalle microscópico: desde las flores que adornan los campos, pasando por los amables faunos, hasta los misteriosos e intrigantes Hermanos Fatalidad, todo ello plasmado de forma hermosa en las ilustraciones de Judit Mallol.

La capacidad para crear mundos mágicos de Laura Gallego es innegable y está más que demostrada, aun así, la naturalidad con la que uno entra y recorre Stravagantia sigue siendo sorprendente. Gallego no solo imagina, sino que construye con palabras este mundo de una forma tan vívida que más que leerlo, casi se palpa, se ve, se respira. El lector se sumerge en esta historia de la mano de la protagonista y, desde ese instante, desea viajar junto a Berk para descubrir quién lo habita, cómo es su fauna y su flora, su geografía, sus paisajes, incluso cuáles son sus peligros. En definitiva, Laura Gallego convierte el acto de escribir en algo puramente mágico.