La flor perdida del chamán de K

Davide Morosinotto: La flor perdida del chamán de K. Madrid: Bambú, 2022, 448 págs.

 

 

La flor perdida del Chamán de K. dos adolescentes en la selva amazónica.

Tengo que pediros perdón. Lo sé, he tardado mucho en traeros una reseña más. Ahora dejadme que os diga que no voy a poneros ninguna excusa, porque esto no es ninguna excusa: he querido disfrutar este libro. Leerlo despacio, sin prisas y perdiéndome en su trama, como quien cruza el Amazonas sin guía. Y claro, me ha costado salir de allí, de hecho, me lo he leído dos veces.

La flor perdida del chamán de K nos narra las aventuras de dos chavales muy especiales, pero a los que les han tocado malas cartas en la vida. Laila tiene una enfermedad neurodegenerativa irremediable, y El Rato no ha conocido nunca nada más que el hospital donde vive. Sin embargo, los dos reencuentran la esperanza entre las anotaciones de un viejo diario: existe una fantástica flor curativa en el interior de la selva. De manera que los dos compañeros se las ingeniarán para escapar de hospital y comenzar una trepidante aventura en el mundo real.

Esta historia está acompañada por unos caligramas maravillosos que reflejan las sensaciones de los protagonistas y algún que otro personaje. Estos han hecho que la experiencia lectora haya tenido ese extra que hace que uno disfrute aún más lo que está leyendo. Alguna vez me han pillado en casa dándole vueltas al libro, embobado leyendo hasta la última línea de los dibujos.

Eso sí, al principio, este libro puede parecer una lectura demasiado dura. La historia personal de los protagonistas es muy trágica y bastante lacrimosa. Sobre todo cuando le dicen a Laila que nunca se podrá curar y solo le espera la muerte. Sin embargo, gracias a que empiezan a surgir algunos misterios muy pronto, dejas a un lado las penas y te dejas llevar por el espíritu aventurero.

Una vez que abandonan el hospital, no habrá vuelta atrás. Tampoco encontraremos muchos momentos de respiro. Los peligros se multiplican por el camino. Los dos amigos tendrán que subsistir en la calles mientras consiguen llegar a su destino, cruzándose por el camino a los miembros de Sendero Luminoso, traficantes de droga y otros peligros. Llegar al interior de la jungla no es tarea fácil, pero la perseverancia, las ganas de superación y la ilusión por vivir estarán presentes durante todo el periplo.

Estoy seguro de que estos peligros a los que se enfrentan Laila y El Rato llamarán la atención de los lectores jóvenes, los cuales, hoy en día, y gracias a las plataformas de contenido audiovisual, suelen estar más interesados en estas cuestiones que en los típicos peligros de la naturaleza.

Por otro lado, a pesar de ser un libro de aventuras juvenil, encontramos algunas referencias a la situación del país en los noventa que le dan otro puntito extra. También los datos culturales y gastronómicos son muy llamativos y fidedignos. De hecho, los aproveché un día para mantener una agradable charla con mis alumnos procedentes de esas latitudes, los cuales pudieron compartir con toda la clase sus platos, bebidas y tradiciones preferidas.

Por último, solo mencionar que el libro está editado en tapa dura, con un papel de buen gramaje, letra de buen tamaño y buen espaciado. Las ilustraciones, mapas y caligramas son en blanco y negro, pero le dan el aspecto que necesitan las sensaciones que deben transmitir.

Me ha parecido un gran libro, no sé si será mi favorito de este año  porque tengo una buena lista pendiente, pero seguro que estará en el podio. Trama ágil y atractiva, consigue tratar temas tan complicados como la muerte con un lenguaje sencillo, ilustraciones y caligramas que forman parte de la lectura. Sin duda una experiencia lectora muy recomendable. 

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