Julia y el tiburón

Julia y el tiburón

Kiran Millwood Hargrave, Tom de Freston (ilustrador): Julia y el tiburón. Madrid: Bambú, 2023, 208 págs.

Julia y el tiburón. Portada del libro. una niña con un chubasquero amarillo nos da la espalda mientras camina hacia una espiral gris. Bajo ella la sombra de un tiburón.

En mi anterior publicación reseñaba un libro de aventuras. No lo niego son mis preferidos. Pero de vez en cuando salgo de mi zona de confort y encuentro auténticas preciosidades. Libros que me dejan una gran impresión. En este caso, Julia y el tiburón es un libro serio, bonito y para quedarse a pensar un rato largo.

Pero que esto último no eche para atrás a nadie. Pero quizá se lo recomendaría a aquellos que ya manifiestan un gusto especial e inquietudes por los problemas ajenos, lectores con empatía.

La historia me ha recordado a algunos libros, quizá el más similar dentro de sus diferencias sea Moby Dick. Lo que nos encontramos en Julia y el tiburón es la obsesión de una madre por encontrar un tiburón antediluviano que tiene propiedades curativas. Esta obsesión poco a poco derivará en una depresión profunda por lo difícil de la prueba, pero la protagonista de la trama será Julia que asistirá ante estos cambios en su madre casi sin poder hacer nada.

A pesar de lo que pueda parecer por este resumen tan breve, no os equivoquéis. Entre sus páginas todavía cabe la acción, la amistad, la familia y otra de mis debilidades: un gato llamado Ramen que me ha hecho mucha gracia.

Arriba decía que a veces me encontraba con auténticas preciosidades. Pues bien, en este caso la relación entre narración e ilustración me ha parecido una maravilla. Ahora que escribo estas líneas, no recuerdo haber tenido entre mis manos un libro así. Pero bueno tampoco es que podáis fiaros mucho de mi memoria. Lo que sí os puedo asegurar es que impresiona y se te queda en la retina.

En cuanto a los personajes, tenemos a Julia, la protagonista, una niña de diez años que gracias a su resolución y saber enciclopédico parece mucho más mayor. Este aspecto en los personajes me suele chocar un poco, pero la trama de esta novela necesitaba una niña así. Su padre y su madre que son los principales desencadenantes de la historia están también muy caracterizados mediante sus expresiones y su forma de actuar. Y quizá otro personaje que me ha gustado mucho, su amigo Kin, es un chico de la isla que desea encajar y convertirse en un auténtico vikingo.

Por último, en cuanto a la edición, se trata de un producto muy cuidado. Tapa dura, papel de buen gramaje…, quizá la única pega que le puedo poner es el tamaño de la letra, un poco pequeño para mí, pero los jóvenes lectores seguramente no tienen en cuenta este último detalle.

Sin duda, un libro para conservar y releer con la mirada atenta.