Roald Dahl
Cloe Blanco (texto) y Ángel Coronado y Oriol Roca (ilustraciones). Mis pequeños héroes. Roald Dahl (núm. 46). Barcelona : Editorial Salvat, 2018 32 pp. A partir de los 6 años.
¿Os digo un secreto? Yo nunca dejé de ser un niño ni de mirar
el mundo con asombro. Si hacéis lo mismo que yo, descubriréis
que la fantasía os está esperando en los sitios más insospechados.
Los libros para niños que elaboran biografías de personas que marcaron un hito en diferentes ámbitos de la sociedad y la cultura tienen la bondad de dar a conocer figuras indispensables como modelo a seguir. Pero también es verdad que no lo cuentan todo, y no nos referimos estrictamente a motivos de competencia lectora, sino a datos un tanto desagradables.
En este caso, la colección «Mis pequeños héroes» nos presenta al escritor británico de origen noruego Roald Dahl (1916-1990). En la portada nos aparece la imagen del escritor ya entrada en años acompañada de otra foto del niño que fue y cuyas andanzas en un internado terrible conocimos en Boy. Relatos de la infancia (1984).
Lo más destacado de su vida aparece en estas páginas contado en primera persona. Por ello, sabemos que Dahl le debe su nombre a un héroe noruego conocido por ser el primer hombre en llegar al Polo Sur. También nos cuenta la muerte de su hermana a la que pronto siguió la de su padre. Y que en la segunda Guerra Mundial fue contratado como piloto de la Real Fuerza Aérea Británica.
Cuando Dahl llegó a los Estados Unidos le propusieron contar sus memorias de guerra que, muy pronto, dieron paso a las historias de ficción para niños como Los Gremlins a los que pronto siguieron: Matilda, Cuentos en verso para niños perversos, Las brujas, La maravillosa medicina de Jorge, Agutrot o Charlie y la fábrica de chocolate.
Uno de los mejores recuerdos de Dahl son que su madre fue una gran contadora de historias, además de muy valiente y trabajadora porque ella sola sacó adelante siete hijos. También nos cuenta sobre su matrimonio con la actriz Patricia Neal y sus tres hijos Olivia, Tessa y Theo.
Un autor muy querido que hizo gala de un humor negro donde los adultos pocas veces salen bien parados porque los niños les dan una lección.
Lo que no se cuenta en esta versión para niños es que Dahl tenía bastante mal genio y una visión oscura y negativa del mundo. Aunque se le calificó de misántropo llegó a crear fundaciones con el objetivo de ayudar a personas desfavorecidas. Y por si esto fuera poco, se dice que mantuvo una terrible relación con su hija Tessa a la que solía comparar con su hermana fallecida Olivia.
Lo que no se puede negar es su magnífica capacidad para crear historias que hizo que la crítica le bautizara con el nombre de storyteller.
Agradecemos la publicación de biografías de personas ilustres porque motiva a los niños a dejar huella