Conducir es fácil

Fernando Pérez Hernando (autor e ilustrador): Conducir es fácil. Barcelona: A Buen Paso, 2012. 32 pp.

Conducir es fácil¿En qué se parecen leer un libro y conducir? Supongo que en muy poca cosa, puesto que si hubiera algún parecido los taxistas serían los seres más instruidos e imaginativos del mundo. Y os puedo asegurar que el taxista que me ha traído hoy desde la estación no lo era…

Y sin embargo el álbum Conducir es fácil halla esa difícil conexión y crea una experiencia lúdica muy atractiva. El libro, que en la portada simula la puerta de un coche, al abrirse se transforma en un volante. Unas grandes letras mayúsculas nos van dando una serie de instrucciones para aprender a conducir. Si lo hacemos bien, al final del libro nos espera un carné de conducir, que podemos personalizar. He querido decir «si el niño lo hace bien» en la frase anterior, pero he de reconocer que al adulto le resulta difícil resistirse a probar este medio de transporte por sí mismo. El motor está en la cabeza, y lo que hay al otro lado del parabrisas en la imaginación, pero he visto a varios niños (esta vez sí) escrutar atentamente el gotelé de la pared como queriendo atisbar si se aproximaba un túnel y tenían que agacharse. Irresistible escena.

403995_371446316221580_190865067613040_1181549_1454113833_n

En una reseña anterior, hablábamos de la literatura que podría servir, de forma instrumentalizada, para la educación vial. Está claro que este libro cumple esas condiciones, así que úsenlo.

Solo queda decir que el libro se hace corto. Aunque en este caso no lo digo solo como halago. También pienso que se podrían haber creado más situaciones de conducción. Es obvio que el límite de 32 páginas del formato álbum genera sus limitaciones, pero nos han hecho el viaje demasiado breve. Aquí van algunas ideas que añado yo cuando leo el libro (¡os animo a compartir vuestras propuestas!):

-Hemos aparcado el coche al sol al parar a descansar (a mitad del libro), y ahora ¡el volante quema!

-Ese camión que se cruza sin poner el intermitente… ¡haz sonar la bocina en el centro del volante!

-Nada más salir del túnel, los niños agradecen un expeditivo: «Chaval, apaga las luces, ¿o es que no ves?»

-Etc.

Disfrútenlo. Conduzcan un libro.