Duermevela

Duermevela

Juan Muñoz-Tébar (autor), Ramón París (ilustrador): Duermevela. Barcelona: Ekaré, 2017, 24 pp.

“Cuando Elisa no puede dormir sale a dar una vuelta por Duermevela”. Así comienza esta historia que nos muestra a una niña rebosante de curiosidad y tranquilidad al mismo tiempo. Asombra y reconforta la confianza con la que Elisa se mueve entre la espesura de un bosque oscuro como el de Duermevela.

Elisa no siente miedo en Duermevela.

Tan pronto llega, se pone a buscar

lo que esconde la oscuridad.

Nos hace ver y sentir que se trata de un lugar conocido, en el que se siente a gusto y que le da la seguridad suficiente para recorrerlo con calma, sin ningún miedo. Armada con su farol, va visitando cada rincón y cada agujero, mientras nos enseña la vida que hay en un bosque por las noches. Tiene un compañero de aventuras, un oso hormiguero llamado Estebaldo. Son tal para cual y se entienden sin necesidad de hablarse.

Tucanes, serpientes, cocodrilos, armadillos… Todo un recital de animales salvajes va apareciendo entre la espesura de la vegetación mientras Elisa y Estebaldo los alumbran con sus faroles. A mitad de la noche, los dos amigos se tumban a mirar el cielo; en este punto el libro nos regala una página desplegable para disfrutar de las estrellas que puntean el firmamento.

Las ilustraciones son oscuras, obviamente, pero llenas de detalles. La realidad va apareciendo a la luz del farol y los colores reflejan bien los pasos de la niña y su compañero. Al final de la historia, cuando vuelven cada uno a su hogar, la oscuridad se cierne sobre ellos, dejando entrever el bosque que queda a sus espaldas. Todo preparado para la próxima visita. ¿Qué pasará en Duermevela cuando no hay ningún farol que alumbre?

Una apuesta de temática e ilustraciones interesante, con una protagonista que afronta la noche sin miedos. Probablemente una bonita historia para antes de dormir, para que cada uno imagine su Duermevela como más le guste.