Dragones en la selva

 

Raúl Álvarez Resta. Dragones en la selva. Madrid: Ediciones Atlantis, 2018, 101 páginas.

Los dragones son peligrosos,

porque si los molestas te pueden matar

y hasta comer.

Los dragones viven en manadas de trescientos o dos mil.

 

Dragones en la selva es un libro muy sorprendente porque su autor, Raúl Álvarez Resta, es un niño de tan sólo cinco años.

En este libro, Raúl nos cuenta la historia de un viaje protagonizado por sus personajes favoritos: los dragones. Un viaje a través del tiempo y el espacio, en el que el dragón Jorge y sus amigos viajarán al pasado y se encontrarán con personajes históricos como los griegos y los romanos, y con otros seres fantásticos. Estos encuentros darán lugar a situaciones inesperadas, en las que cualquier cosa puede suceder. ¿Qué pasará cuando los dragones se encuentren cara a cara con otras criaturas?  ¿Serán capaces de hacer nuevos amigos?

Nos encontramos ante un libro sin duda especial, capaz de sorprendernos a primera vista. Para mi, éste es precisamente su punto fuerte: Raúl es capaz de captar nuestra atención y despertar nuestra curiosidad desde el primer momento.

Cuando Dragones en la Selva llegó a nuestra casa, lo hojeé por primera vez con mi hija Claudia, de siete años. Antes de leerlo, creí conveniente compartir con ella la información que tenía: “Claudia, ¿sabes qué? Este libro lo ha escrito un niño de 5 años que se llama Raúl. Tardó un mes y medio en escribirlo, y cuando lo terminó, hizo la presentación del libro en su colegio, con todos sus amigos y profesores”. Mi hija me miró asombrada y dijo: “Mamá, ¿cinco años?…  ¡Pero si es más pequeño que yo!”. Así fue: esta sencilla información había roto completamente sus esquemas. A partir de ahí, ya no pudo dejar de mirar con curiosidad inquisitiva el libro de dragones que teníamos en la mano.

Después, a medida que fuimos avanzando en la lectura, nos encontramos con una historia que refleja a la perfección el modo en el que los niños ven y entienden el mundo, la amistad e incluso el paso del tiempo. Una historia sencilla en apariencia, pero sorprendentemente compleja para un escritor tan joven. La narración se va mezclando con imágenes muy inocentes y espontáneas de los personajes, que contribuyen a lograr una lectura muy divertida. Como curiosidad, Raúl también se ha atrevido con la ilustración. Una de las ilustraciones del libro es un retrato del dragón Jorge con sus grandes alas, que ha sido dibujado por él.

Sin duda, éste es un libro que merece la pena leer, mirar y comentar en familia. Raúl ha sido capaz de inspirarnos y transmitirnos con este libro su amor por las letras y su gran valentía para atreverse a inventar y compartir sus propias historias.