A lo bestia

Mar Benegas (autora) y Guridi (ilustrador): A lo bestia. Valencia: Litera, 2014 (4ª ed. revisada y ampliada 2017). 48 pp.

Los libros de Mar Benegas en la editorial Litera revitalizan el caudal de poesía española actual para niños. La clásica y vieja colección Ajonjolí (de Hiperión), la potente Faktoría K con su premio Ciudad de Orihuela, los gran formato de Carlos Reviejo en SM, alguno suelto de Carmen Gil y unos pocos en Edelvives, eran casi todo lo que se podía encontrar dedicado a la musa en verso. En este panorama, llega Mar Benegas y es un éxito seguro. Entiende como pocos el juego y el humor infantiles, recrea universos cotidianos añadiéndoles una capa de poeticidad, y le salen los versos tan naturales como respirar en el campo.
En este caso, además, inventa un extenso catálogo de personajes cada cual mejor que el anterior. A lo bestia es un poemario en tres partes (me pregunto si hubiera convenido una cuarta para los “conjuros” y alguno más referido al colegio): Como sardinas en lata, Con la piel de gallina y Tres pies al gato. En la primera hay un inventario de caricaturas de posibles familiares: está la madre cotorra, el padre jabalí, el abuelo tortuga… La segunda habla de algunos estados de ánimo… ánimo animal. Y en la tercera, en nuestra opinión más floja que las dos anteriores, se inventan animales fantásticos, siguiendo (tal vez) el recurso del binomio fantástico de Rodari: el bolserizo, la maricielo, las oviejas, el cint-hurón…
En efecto, nuestro lenguaje está lleno de fraseología animal, y es ese toque bestia de la lengua lo que quieren resaltar Benegas y Guridi: ser una jaula de grillos, hacer de canguro, reír como una hiena, llorar lágrimas de cocodrilo…
El recorrido es divertido, y cada lector encontrará sus favoritos. Nosotros nos quedamos con uno de los primeros, el “Abuelo tortuga”, que no es un prodigio de métrica pero nos encantó por el tema:
   Mi abuelito ya es tortuga,
   él tenía muchos años.
   Caminaba muy despacio:
   no quería hacerse daño. […]
   Cogiéndolo con cuidado
   la muerte lo llevó al mar,
   yo siempre llevo mis gafas
   por si lo puedo encontrar.
   Y en la orilla de la playa
   hago un castillo de arena:
   quiero que tenga mi abuelo
   en el mar su casa nueva.
Guridi ilustra las páginas con los bichos simpáticos que la poeta nos presenta, con su trazo grueso colándose entre los poemas; y la maquetación aprovecha muy bien la página, ubica los elementos de forma no repetitiva, y nos ofrece una novedad visual cada vez que la volteamos.
Lo mejor: esa capacidad graciosa de vincular cada personaje y cada emoción a un animal con el que se identifican rasgos.
Lo peor: algún poema de la tercera parte, un poco cogido “por las crines”.