Mi primer libro de relatividad

Mi primer libro de relatividad

Sheddad Kaid-Salah Ferrón (Autor), Eduard Altarriba (Ilustrador). Mi primer libro de Relatividad. Barcelona: Editorial Juventud, 2018, 48 pp.

Cuentan que el día que Einstein y Chaplin coincidieron, el físico se dirigió al cómico diciendo:

Lo que más admiro de su arte es que usted no dice una palabra y sin embargo, todo el mundo lo entiende.

A lo que el artista repuso:

Cierto, pero su gloria es aun mayor; el mundo entero lo admira cuando nadie entiende una palabra de lo que dice.

Y a pesar del tiempo transcurrido, parece no haber llegado aun el momento de sustituir ese Nadie, empleado por el actor, por un Todos rotundo. El misterio sigue envolviendo el mensaje del físico, un mensaje que, perdiendo destinatarios, parece exclusivo para otros científicos. Un mensaje que no llega a alcanzar a todos los implicados dentro del escenario que describe: el tiempo y el espacio.

El icónico genio, saca la lengua y con las canas despeinadas, grita a los cuatro vientos que la imaginación es más importante que el conocimiento. Como si fuese una gamberrada. Nos obsequia con la suya, ilimitada, capaz de intuir mundos donde el tiempo y el espacio, elásticos, se deforman. Acota esa imaginación, para que la podemos entender la envuelve con lógico lenguaje, y la presenta con la etiqueta: Teoría de la relatividad espacial.

No son nuevos los modos y maneras. Se repite el estilo de la anterior historia cuántica. Pero, a pesar de la falta de novedad, nos sorprende por igual. Nos sorprende la sencillez y la claridad en el mensaje. Vuelve a seducir la facilidad con la que se transmiten las ideas. Ideas simples, conceptos sencillos, para armar y presentar con claridad la teoría del genio.

El Dr. Albert va guiando al lector entre los distintos conceptos. A través de situaciones y experimentos, se va construyendo la teoría del espacio-tiempo. ¿Qué es el tiempo, cómo lo podemos medir? ¿Y el espacio, la velocidad y el movimiento? Habrá que tener en cuenta los sistemas de referencia pues, dependiendo desde donde se observa, no es idéntico el movimiento (al dormir estamos quietos, y sin embargo giramos junto a la Tierra). ¿Y qué pasa con las velocidades y los sistemas de referencia? Podrán sumarse o restarse según su sentido y dirección.

Pero, ¡y he aquí la madre del cordero!, ¿qué pasa al contemplar la velocidad de la luz? Su velocidad es constante, independiente del sistema de referencia. Y Einstein postuló que a una velocidad constante las leyes del universo son siempre las mismas. De aquí nace la famosa teoría de la relatividad, y sus tres asombrosas implicaciones: El tiempo se dilata. Las longitudes se contraen. Las masas aumentan.

La ilustración muestra y ofrece ejemplos gráficos de todo lo que el texto revela de forma ligera. Los colores planos, la inclusión de signos y fórmulas del lenguaje científico, ofrecen un esquema visual de todo el contenido. Supone, una vía para entender y asimilar, de forma intuitiva, la teoría de la relatividad. Y al mismo tiempo, las imágenes con las posibilidades de la teoría, con los distintos experimentos, conforman una base sólida, anclada en el conocimiento, desde el que dejar volar la imaginación hacia el futuro que está por venir.

Sheddad Kaid y Eduard Altarriba vuelven a ofrecer una gran obra. Páginas que traducen con claridad y sencillez el misterioso mensaje de Einstein. Un libro con el que disfrutar aprendiendo. Uno que va sembrando gusanillos con el deseo de seguir descubriendo.