Caminaditos

Caminaditos

María Cristina Ramos (escritora) y Elisa Arguilé (ilustradora): Caminaditos. Salamanca: Los Cuatro Azules, 2013, 62 pp.

¡Señor! ¡Señora! Traigo poesía hoy. Un título que me llamó la atención por estar dedicado “A los que hacen cada día su caminadito. A los grandes y a los pequeños caminantes”. Y yo, si me dices ven (a caminar), lo dejo todo.

Así que aquí estamos, liados entre senderos e historias que se entrecruzan, se van enlazando unos con otros. Y me atrevería a decir que eso es fundamentalmente logro de las ilustraciones, elaboradas por Elisa Arguilé cuatro años más tarde que el texto de María Cristina Ramos. Las imágenes van tejiendo una red de lugares y personajes que van apareciendo en los poemas, aunque las palabras no les nombren siempre y aunque los protagonistas de los versos son otros. La ilustradora muestra claramente su apuesta por enlazar a todos los caminantes que salen de la mente de la escritora y los une en una urdimbre de sendas donde se van cruzando y reencontrando página tras página.

 

El libro está compuesto por cinco poemas: “Caminadito de los Juanes”, “Caminadito de muchas patas”, “Caminadito de la culebra”, “Caminadito de la gentileza” y “Caminadito de los loros”. ¿De qué nos hablan estos versos? Sigo todavía dándole vueltas a la necesidad -tan típica de los adultos y tan extraña para los niños- de encontrar EL mensaje del que habla una obra de arte, una pieza literaria. ¿Nos hablan de descubrimiento, de curiosidad, de ganas de vivir? Puede. También puede que nos hablen de amistad, del paso del tiempo, de la capacidad de superación. O quizás alguien ve un canto a la revolución, a la lucha en pos de las artes, una reivindicación de la infancia como fuerza liberadora.

Autora e ilustradora probablemente tenían una idea más clara de lo que querían decir, pero allá cada uno con lo que quiera entender. Yo hoy me he levantado con ganas de pasear sin rumbo y me quedo con que el mensaje de “Paren, miren, disfruten y caminen. En el orden que deseen y cuantas veces gusten”. A mí las palabras de María Cristina Ramos y las ilustraciones de Elisa Arguilé me han llevado a querer hacerlo.