Migrantes

Issa Watanabe: Migrantes. Barcelona: Libros del Zorro Rojo, 2019. 38 pp.

Estamos ante un libro misterioso y magnífico.

¿Cómo narrar para niños la enorme tragedia que son las migraciones humanas hoy en día? ¿Cómo tratar este tema duro y al mismo tiempo convertirlo en una aventura emocionante en pocas páginas?

Migrantes recoge las escenas de un viaje peligroso y esperanzado hacia una tierra mejor. Un grupo de gente se mueve, avanza, descansa, sueña, a través de un paisaje oscuro. Ellos son la nota de color, una maravilla de tonos en sus pieles y en sus ropas, pintados a lápiz con un detalle exquisito. ¿Cómo harán para llegar? La muerte y su ibis azul son sus compañeros de viaje; indeseados, pero ahí están, con su expresión seria y lúgubre. (Una muerte que nos ha recordado a nosotros a la del libro de Erlbruch, pero afortunadamente menos locuaz).

La narración da saltos. Hay elipsis continuas, por lo que el lector tiene que llenar los huecos, cosa que a veces no es fácil. Pensamos que hay momentos difíciles de interpretar, muy abiertos y ambiguos, lo que genera posiblemente respuestas distintas a la lectura. Hay, sin embargo, un ejercicio fabuloso que sí se podrá hacer con niños de todas las edades: en cada doble página se representa una escena global, pero los grupos de personajes configuran «microescenas» que son una delicia para mirar. La expresión de cada rostro, cada objeto, cada detalle, nos sirven para preguntarnos por los personajes y saber mucho más de ellos: quiénes son, por qué migran, en qué piensan. Conviene pasar las páginas de Migrantes despacio, muy despacio.

Para narrar algo así hace falta mucha sensibilidad por parte de la autora; y para publicarlo mucha sensibilidad por parte de la editorial. En Migrantes no hay palabras, solo las ilustraciones nos transportan, desde el primer instante, a ese viaje simbólico, mágico y terrible. Imaginamos cada etapa del camino, los lugares de espera, la clandestinidad, las travesías, las despedidas… Se consigue así que niños y adultos comprendan la migración, la migración hoy, no desde el dato frío, sino desde la huella emocional que queda al haber presenciado de algún modo ese viaje.

La autora, en varias entrevistas, ha declarado su propósito de no «proteger» a los niños de estos temas más duros. Ellos mismos son los que van a preguntar por las cosas que están pasando en el mundo y ven, y nuestra tarea es explicarles y ayudarles a interpretar lo que está pasando. Pero al mismo tiempo es necesario tratarlos con fantasía y sin crudeza.

La autora se sirve de las formas animales en los migrantes para que haya cierto distanciamiento imaginativo y suavizar esa crudeza del tema. Vemos una comitiva de rinocerontes, flamencos, leones, cocodrilos, gallos, cerdos, liebres, elefantes, tucanes, ranas, cabras, burros… Son personas, lo sabemos; son, de hecho, una representación clara de la diversidad humana, de la diversidad de orígenes, motivos, religiones, deseos, tonos de piel, que presentan quienes hoy, ahora, están jugándose la vida en el Mediterráneo oriental, en el norte de México, en los camiones de Reino Unido, en el paso de Calais, en el Estrecho de Gibraltar.

Les dejamos con este vídeo de presentación de la editorial: