Un poco perdido

Un poco perdido

Chris Haughton: Un poco perdido. Santander: Milrazones, 2011. Traducción: Jesús Ortiz

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Antes de que Chris Haughton nos deleitara con su ¡Shhh! Tenemos un plan, editado también por Milrazones, el autor irlandés nos introducía en su particular mundo literario con Un poco perdido, una entrañable historia con su inconfundible sello personal y reconocida internacionalmente con numerosos premios.

En esta ocasión Haughton aborda el tema de apego y la incertidumbre que genera en los pequeños la ausencia de su figura de apego. La cita introductoria, una frase extraída de Robinson Crusoe, de Daniel Dafoe, nos apunta también a la importancia de aquello que tenemos y que solo valoramos cuando lo perdemos («nunca valoramos el verdadero estado de nuestra situación hasta que la contraria nos lo muestra, ni sabemos apreciar lo que tenemos hasta que lo perdemos»). La historia creada por Chris Haughton gira en torno a esto y la sitúa en un bosque, eligiendo a un pequeño búho como el protagonista.

Todo comienza con la caída de un buhito de su nido mientras duerme junto a su madre. Desorientado inicia su búsqueda por el bosque, preguntando a diferentes animales por ella. Aunque las pistas dadas por el búho no ayudarán mucho a encontrarla, será la rana quien, finalmente, facilite el esperado reencuentro.

Con este argumento tan simple y con una estructura muy utilizada en libros infantiles, la estructura repetitiva, el autor consigue, no obstante, crear una historia original tanto formal como textualmente, gracias al proceso de abstracción y simplificación al que somete tanto al texto como a las imágenes, y al especial tratamiento del color, aspectos estos que se convierten en la mayor nota distintiva de Haughton y que, paradojicamente, hace que sus páginas sean extraordinariamente ricas, consiguiendo envolver una historia sencilla en grandes dosis de encantamiento, calidez, magia, ternura e inocencia. Así consigue conjugar la sencillez y las fórmulas que tan bien funcionan con los prelectores y primeros lectores con su creatividad personal y su modo de entender el álbum ilustrado. El resultado es un libro que no pasa desapercibido, muy visual, con unos atractivos juegos tipográficos, divertidas onomatopeyas, humor, un texto sin artificios, animales cargados de expresividad, una paleta cromática con combinaciones de colores hábilmente utilizada y mucha calidez.

Hay autores fácilmente reconocibles que saben dotarse de distinción y particularidad. Este es el caso de Chris Haughton, un autor que se ha hecho un hueco en la literatura infantil actual con unas señas de identidad muy fuertes. Si además esas notas distintivas están cargadas de originalidad y calidad, su presencia en el panorama de la LIJ se hace necesaria y sus obras esperadas con gran expectación. Un poco perdido, un libro para reencontrarse con tantísimas cosas que perdemos a medida que crecemos; un autor a tener en cuenta.