Entrevista a Teresa Benéitez, editora de A fin de cuentos
Hoy entrevistamos a Teresa Benéitez, editora de A Fin de Cuentos, un sello que comenzó su andadura en 2016 con Aventuras y desventuras de los alimentos que cambiaron el mundo y de quien hemos reseñado también otras obras como Un rey de quién sabe dónde o, más recientemente, Cuéntame Sésamo. Aprovechamos la oportunidad para curiosear sobre cuestiones como las peripecias de montar un proyecto editorial nuevo, el proceso de edición de un libro infantil o el auge del libro informativo en el panorama actual.
P. Teresa, cuéntanos cómo es la experiencia de crear una editorial nueva.
R. Te contestaré con una frase que no es mía, sino de Natalia Popova, la creadora del blog Brain Pickings “Si pudiéramos ver claramente el trabajo que se avecina al comienzo de cualquier esfuerzo creativo, estaríamos demasiado desanimados para comenzar, demasiado reacios a jugar entre lo heroico y lo necio, demasiado paralizados para caminar por la larga y tenue cuerda floja de la esperanza y el miedo por la que se llega a cualquier destino que valga la pena.”.
Me gustó tanto cuando la leí que la incorporé al blog, abriendo la explicación de cuál es nuestra visión editorial. Expresa muy bien lo que está siendo mi experiencia. Y aunque todo eso está ahí, la esperanza y el miedo, mezclados y, a veces, acogotándome, al mismo tiempo te diré que no hay día en que no me levante contenta porque pienso: empieza otro nuevo día de trabajo.
Pocas veces me siento obligada delante del ordenador. Este trabajo me hace verdaderamente feliz. Me ha hecho averiguar, por fin, lo que quiero ser de mayor y es esto: editora.
P. Junto con vuestro proyecto, en los últimos años ha surgido un gran número de editoriales de LIJ (Literatura Infantil y Juvenil), ¿crees que el mercado puede llegar a saturarse?
R. De hecho ya está saturado. No solo se han creado un montón de editoriales nuevas, sino que editoriales que antes no tenían sello de infantil, como Impedimenta o Maeva, lo han creado. Y no están ahí por estar. Todo lo contrario: editan con una calidad altísima, lo cual pone el listón por las nubes.
El problema se agrava porque no solo somos muchos, sino que publicamos mucho. Hay una hiperinflación de títulos nuevos en todas las categorías. Si a eso le sumas que las noticas que llegan de los distribuidores no son buenas (enero y febrero han sido dos meses terribles con un nivel de devoluciones altísimo y un mensaje claro: cada vez se compran menos libros) el panorama pinta bien negro, sobre todo para editoriales tan minúsculas como A Fin de Cuentos.
P. Esperemos que mejore la perspectiva… Bueno, y ahora que ya estás en el meollo, ¿en qué se diferencia editar para niños y editar para adultos?
R. Sobre todo en el tema de la ilustración, que en los libros para adultos apenas existe -con algunas excepciones- y en los libros para niños es obligatorio. Y la ilustración lo condiciona todo: el formato del libro, el diseño, el papel… Al mismo tiempo, abre unas posibilidades de variación infinitas. ¿Qué nos gusta más: las ilustraciones realistas o vanguardistas, a 1, 2, 3, o 4 tintas, digitales o pintadas a mano…? Su existencia lo complica todo y, a la vez, convierte el hacer un libro para niños en algo fantástico.
P. Y teniendo en cuenta la complejidad que añade la ilustración, ¿cómo es el proceso desde que recibís un manuscrito hasta que sale publicado?
R. Es un proceso muy largo, muy intenso, en el que estás continuamente tomando decisiones que, aun a veces pareciendo baladíes, condicionarán el libro. Sin ir más lejos, dar con la tipografía adecuada para que el texto se lea bien, se vea armoniosa y grácil en el papel y sea adecuada a la edad a la que va dirigido el libro no es nada sencillo. Máxime cuando hay una oferta infinita de letras. Elegir un diseñador que sepa de libros, tampoco es fácil. No un diseñador de carteles o logos, sino de libros para niños que es una categoría del diseño para la que no está cualificado cualquiera. Elegir bien al ilustrador (mira, que los tenemos buenos en este país) y crear una relación que fluya. Intervenir si algo no te gusta, pero sin imponer. Elegir colores, formato, tamaño de las ilustraciones…, hasta la forma del número de página, si me apuras, todo resulta bastante complicado. Al fin y al cabo, un libro es como un edificio. De las decisiones que tomes, dependerá que se sostenga o se derrumbe, que se vea hermoso, acogedor, en armonía con el paisaje que lo rodea o todo lo contrario.
Y todo debe partir de algo que no abunda tanto aun en estos tiempos de sobre-escritura, un buen texto.
P. ¿Qué dirías entonces que caracteriza vuestros títulos?
R. Intentamos publicar temas que pensamos que pueden interesar y que, consideramos, no existe demasiada literatura sobre ellos. Por ponerte un ejemplo, nunca publicaríamos un cuento que tenga un oso, un conejo o un pato de protagonista. Ya hay demasiados en el mercado, muchos muy buenos y otros tantos o más, muy malos.
P. En vuestro catálogo vemos que hay varias publicaciones que son libros informativos; de hecho, recibisteis el I Premio Iberoamericano al Mejor Libro Informativo para Niños por Aventuras y desventuras de los alimentos que cambiaron el mundo. ¿Crees que este género está en auge?
R. Acabo de asistir a un encuentro, el primero que en España se dedica monográficamente al libro de no-ficción, donde todos los conferenciantes coincidieron en afirmar que no solo está en auge, sino que ha llegado para salvar al libro álbum de la repetición y el aburrimiento. Los libros informativos abren hoy nuevas perspectivas al mundo de la LIJ: cualquier tema, pequeño o grande, es susceptible de ser plasmado en un libro y la información puede llegar de todas las maneras posibles, sin ningún freno a la imaginación de autores, ilustradores y editores. Nunca la LIJ había sido tan atrevida como con los libros de no-ficción.
P. Y por último, soñando un poco… ¿qué obras de LIJ te gustaría haber editado?
R. Los pájaros de Zullo y Albertine, editado por Libros del Zorro Rojo; Mi pequeño, de los mismos autores, publicado por la editorial argentina Limonero; todos los de Roberto Innocenti que ha publicado Kalandraka; Plasticus Maritumus de la portuguesa Planeta Tangerina. Estos son solo algunos ejemplos porque la lista podría continuar y continuar.
Muchísimas gracias, Teresa, por tu amabilidad. Ha sido un placer hablar contigo y ganar la visión de una editora de LIJ que disfruta tanto con su trabajo. Esperamos seguir hincándole el diente a más obras de A Fin de Cuentos y, ojalá, el mercado repunte también para esas pequeñas editoriales que navegáis con tanta pasión. ¡Nos vemos en las librerías!